Ni machista ni feminista

Érase una vez

Es mentira eso de que todas las ideas y opiniones son respetables. No lo fueron las de Hitler, Mussolini o Franco en el siglo pasado y no lo son muchas de las de Trump, Lepen, Orban, Meloni, Putin o Abascal. No pueden ser respetables las ideas que se basan en la dominación de un país sobre los otros, de una raza, de una religión, o de una cultura sobre las de los demás. Y por supuesto, jamás pueden ser respetables las ideas de aquellos que no respetan la igualdad entre los hombres y las mujeres.

Es verdad que hay pocas revoluciones equiparables a las que han protagonizado las mujeres a lo largo del siglo XX y primeros años del XXI, logrando desde el derecho al voto, al acceso a la educación y al empleo, o consiguiendo forzar el desarrollo de sistemas legales que garantizan la igualdad formal. También es verdad que las mujeres en nuestro país, han experimentado un cambio muy significativo en estas últimas décadas, pero no lo es menos, que aún estamos lejos de alcanzar la igualdad real. Y lo que es más grave, no podemos pensar que el camino de la igualdad será siempre hacia delante, porque estamos asistiendo a tendencias y discursos que pueden hacer peligrar los avances conseguidos y cuyos protagonistas, aunque pueda parecer increíble, han conseguido alcanzar la Casa Blanca, los gobiernos de un buen puñado de países europeos y situarse como tercera fuerza política de este país, además de alcanzar puestos muy notables en el escalafón de la primera.

Como hace ya 113 años mañana celebraremos el Día Internacional de la Mujer, porque lamentablemente sigue siendo necesario. A pesar de los avances, que los ha habido, de la concienciación social, que se está produciendo y de la asunción de que la igualdad es una premisa imprescindible para una sociedad moderna, lo cierto es que cada día llegan señales más preocupantes que nos indican que continua siendo imprescindible que estemos alerta y vigilantes para que esa igualdad, por la que tantas mujeres y hombres, luchan y han luchado, no sea flor de un día. Nada de todo lo conseguido en este siglo largo de lucha, será posible si confiamos los gobiernos de nuestros países a fuerzas políticas que niegan la mayor y defienden sin ruborizarse que ya no hay nada por lo que segur luchando.

Somos muchas y muchos quienes consideramos el feminismo como un elemento estructural del presente y el futuro de nuestra sociedad y por eso jamás sera podrá ser respetable quien diga no ser “ni machista ni feminista”, porque en el terreno de la igualdad la equidistancia siempre será la mejor cómplice del machismo.

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