Érase una vez
Agustín Martínez
Masoquismo andaluz
En la segunda acepción del término ‘masoquismo’, según la Real Academia de la Lengua, se puede leer: “Complacencia en sentirse humillado o maltratado”. Pues bien, a la luz de la realidad económica y social actual de Andalucía y de los recientes pronósticos demoscópicos del Centro de Estudios Andaluces, podríamos colegir que un altísimo porcentaje de la ciudadanía sureña es profundamente masoquista y disfruta sintiéndose maltratada por las políticas de Juan Manuel Moreno.
Vayamos al fondo de la cuestión. A 27 de diciembre Andalucía es líder de España en desempleo; está a la cabeza destacada en listas de espera sanitarias y casi duplica la media nacional de días que tiene que esperar una persona dependiente para ser valorada; somos los primeros en creación de universidades privadas en el último año y presentamos los peores datos de España en el informe PISA de educación; Andalucía capitanea el ranking patrio de pobreza y lídera en nuestro país la subida de los precios de la vivienda en el último año. Al mismo tiempo, figura a la cola nacional de inversión en sanidad y educación, mientras crece imparablemente el patrimonio de los más ricos y el salario de su presidente, subido dos veces este año; crecen igualmente los sueldos de los altos cargos de la Junta y el presupuesto para “casas gratis” de sus consejeros, así como los puestos de libre designación de los altos funcionarios; y también crece, y crece mucho, el presupuesto para la sanidad privada.
Con los datos del PIB recién salidos del horno, Andalucía, con 23.218 euros, es el farolillo rojo de España, lo que supone un 25% menos que el PIB per cápita nacional. A pesar del tirón del turismo, Andalucía paga el retroceso de la agricultura, la industria manufacturera y la construcción, quedando como la última comunidad autónoma de España por segundo año consecutivo, por debajo incluso de Extremadura y Canarias.
Según el PP (antes de San Telmo), Andalucía no tenía ningún problema estructural. Su atraso comparativo era solo producto de la mala gestión del PSOE. Y eso lo iba a arreglar Juan Manuel Moreno en un pis pas bajando impuestos y quitando burocracia. Seis años después, estos datos son una auténtica bofetada para el relato triunfalista sobre la marcha económica de Andalucía que el PP intenta imponer por tierra, mar y aire. Si a pesar de esta durísima realidad, 43 de cada cien andaluces –según el CENTRA– estarían dispuestos a volver a votar a Moreno Bonilla, solo cabe deducir que nos va a la marcha y que tenemos un componente masoquista digno de mejor causa.
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