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David Fernández
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Nunca entendí el periodismo como una labor detectivesca que le hiciera en buena parte el trabajo a la Policía en el caso de un crimen sin resolver. No hay que confiar en esas películas en la que el periodista atrapa al ladrón, descubre un complot contra el Gobierno o es capaz de intervenir en una investigación para salvar a la humanidad. Como dijo una vez David Gistau, si se le da a elegir al periodista si salvar la democracia o comer gratis, el periodista promedio siempre preferiría lo segundo. Ahora bien, el periodista está también para ser el portavoz de la opinión pública cuando esta tiene una pregunta que hacer: ¿Quién mató al ex concejal José Miguel Castillo Higueras?
Seguro que ustedes se acuerdan. El pasado día 23 de enero (hoy hace justo dos meses) que un individuo le arreó un puñetazo mortal en una calle céntrica de Granada a José Miguel Castillo Higueras, que fue profesor de la Escuela de Arte y Oficios y concejal del Ayuntamiento de Granada por el PCE entre 1980 y 1992. La agresión se grabó en un video en el que se ve como el atacante le propina un golpe al ex concejal y que éste cae al suelo de espaldas como un saco de patatas. Luego el agresor le registra (se supone que en busca de dinero) y deja una mochila que llevaba no muy lejos de la víctima. Ante tantas evidencias y señales incriminatorias, los amigos de Castillo Higueras nos preguntamos a qué espera la Policía para detener al culpable. ¿Tan difícil es, vistas las evidencias, rebuscar entre los malhechores y el entorno de ese paisaje que deja a la ciudad a esa hora en mano de los delincuentes?
Abotargado como estoy de ver películas del CSI en las que se atrapa al que buscan por una hebra de hilo que han encontrado en la víctima o por los minúsculos restos de un pastel que han hallado en la comisura de sus labios, me deja en una perpleja inquietud esto que de que tarden dos meses en encontrar un tipo que ha salido en un video rebuscando en los bolsillos de su víctima y que se ha dejado una mochila en la que puede haber rastros de ADN. Puede que alguien me diga que las investigaciones de este tipo llevan su tiempo, pero no deja de ser preocupante que un criminal no cumpla con su castigo o que el caso vaya a la carpeta de los asuntos sin resolver de la Policía. Espero que no.
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