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Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
Mientras nuestra alcaldesa recorría China por ‘cortesía’ de Huawei, se colaba una noticia en los medios de Granada. Lo hacía de forma discreta y la mayoría de las granadinas y granadinos la olvidaban pocas horas después. Éso sí, no todos, porque varios miles de familias, cuyos seres queridos no pueden valerse por sí mismos y necesitan ser cuidados por otras personas, la están viviendo como una auténtica tragedia y por qué no, una vergüenza, que demuestra la absoluta falta de empatía de nuestra alcalesa y de su Gobierno con quienes más los necesitan.
Primero fue la subida del autobús urbano, que nos convierte en la ciudad con un transporte público más caro del país, después el incremento de un 60% de los precios de instalaciones deportivas, que según el concejal del ramo, no tiene la mayor importancia, porque “el 60% de una cantidad insignificante sigue siendo una cantidad insignificante”, en los próximos días será el incemento en más de una veintena de las calles de la ciudad donde habrá que pagar por aparcar y ahora, mientras nuestra alcaldesa se sumergía en la ciencia ficción china, sabemos que la pírrica hora de atención que muchos mayores y dependientes reciben a cuenta de su Ayuntamiento, se va a ver reducida a la mitad, por obra y gracia del tijeretazo de nuestra alcaldesa.
La pregunta es ¿qué puñetas se puede hacer en media hora? ¿Qué cuidados, qué atención, qué consuelo, se puede prestar en treinta minutos, a quienes dependen de esas atenciones para vivir con un mínimo de dignidad? ¿No hay otros perejiles municipales en los que ahorrar el millón en que se traduce este dislate? Imagino, apreciados lectores que coincidimos totalmente en la respuesta.
Con este tipo de decisiones se atenta directamente contra la dignidad de quienes se ven obligados a recibir ese tipo de cuidados, pero también contra la profesionalidad de quienes los prestan, que poco o nada pueden hacer en treinta minutos y en el fondo esconde la intención de desmantelar este servicio municipal y fomentar que quien necesite más de media hora de atención para sus mayores, lo pague a través de una empresa privada, porque en un año, Marifrán, ha recortado el presupuesto, ha aumentado a casi los 560 días de espera para la concesión del servicio y ha reducido a la mínima expresión la atención que se da a nuestros mayores.
Ojalá, respetada alcaldesa, que nunca necesites ese servicio de ayuda a domicilio para tu padre o tu madre, no puedas pagarlo de tu bolsillo y te lo reduzcan a treinta minutos.
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