03 de noviembre 2024 - 03:08

El vocablo que da título a esta columna es una palabra polisémica que puede dar origen a múltiples fenómenos de significado connotativo. Expliquémonos. Entenderán ustedes que si dijera que el miembro fue eliminado, debería aclarar que si es el miembro de una expresión matemática (sexto significado de la palabra en el diccionario de la RAE) no sería algo dañino. Sin embargo, si el miembro fuera una parte de la anatomía (primera acepción en el diccionario), el significado es bastante distinto. Incluso si tomamos un significado que comenta el diccionario y que se refiere a lo del miembro viril, sinónimo del pene, la cuestión toma visos de una gravedad elevada para quien pudiera sufrir la eliminación.

Ya saben que el miembro viril de cierto político ha tomado protagonismo en las últimas semanas, cuestión algo rara pues lo que solían asomar siempre en los políticos, de sexo masculino me refiero, eran más bien otro tipo de atributos. Por ende, la palabra miembro siempre la asociaba a la muletilla que se usaba para intentar disculparse de cualquier acusación; aquello de: “Esa persona ya no es miembro de nuestro partido” (usando el séptimo significado de la dichosa palabra). Por cierto que la RAE indica que para tal significado se debe usar tanto para masculino como para femenino, es decir que el miembro o la miembro son correctos, no siendo necesario inventarse aquello de “la miembra”.

Es verdad que los partidos que han defendido siempre que “las miembras” pueden ser atacadas por cualquier miembro, entiéndase el perteneciente al colectivo masculino machista que porta su miembro (al que se refiere en su segunda acepción el diccionario, es decir el pene), tienen ahora alguna dificultad para explicar cómo no vieron que el miembro de su partido sufría de trastornos en su miembro y lo iba exhibiendo ante quien no quería verlo.

Es comprensible que extirpar ese miembro ilustre del colectivo de la izquierda deba ser doloroso, en particular cuando ese miembro era de los que apostaba por eliminar cualquier presunción de inocencia en los miembros del colectivo que portan el miembro, espero no estén ya perdidos entre tanto miembro, como parte de su biología. Para mí, como miembro del colectivo ciudadano, lo que me resulta más aberrante de este asunto del político con cara de niño bueno, y es que las apariencias engañan, es que declare que “la culpa es de la educación patriarcal recibida”. ¿Lo usarán de coartada perfecta los machistas maltratadores o solo sirve para el que tiene detrás un partido que lo protegió y miró para otro lado durante años? Y en esto llegó una DANA. Amunt valencianos. Vale.

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