El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
¡Boom!
El Gobierno y la Junta se han puesto de acuerdo en un plis plas para cerrar, aprobar y 'conveniar' la financiación de la línea 3 del Metro de Sevilla. Así deben ser las cosas. Así pueden ser las cosas. ¡En tres minutos, solventado!
Desde el resto de Andalucía, desde Granada, vemos con satisfacción cómo avanzan algunos asuntos mientras en otros territorios, proyectos necesarios y demandados duermen eternamente.
El tren es un perfecto símbolo de lo que nos pasa en esta tierra, pendiente, ademas, de proyectos tan vitales como los espigones y los riegos de Rules, que debe afrontar el Estado; y otros como los distintos viales para mejorar la movilidad en el Área Metropolitana y la ampliación de la Autovía del Almanzora hacia Baza, que corresponden al gobierno regional y sobre los que solo se encargan proyectos con los que liquidar el asunto en tres minutos.
El Gobierno de Pedro Sánchez sacó a Granada de un injusto aislamiento ferroviario e impulsó el AVE hasta poder inaugurarlo. Pero el servicio podría ser mucho mejor. Debería serlo. Sería de justicia.
Los mismos que callaron cuando otros gobiernos decidieron apostar por otros proyectos dejando a Granada en la estacada (me refiero a la chapuza de Loja y al aislamiento de más de cuatro año), ahora se quejan de falta de trenes. Su silencio cómplice con las decisiones de Ana Pastor no les quita la razón ahora, pero tampoco han aprovechado la queja para articular soluciones y proponerlas.
Granada dará un paso adelante esta semana con la recuperación del cuarto tren diario perdido con la pandemia en la relación con Sevilla. Con los trenes actuales, contamos con siete posibilidades de enlace diario con Madrid, aunque ni los precios ni los tiempos de viaje nos favorecen. El último AVANT a Sevilla, que saldrá de Granada desde el miércoles a las 20:02 horas, podría haber supuesto la oportunidad para el octavo enlace, pero cuando el tren llegue a Antequera-Santa Ana ya no habrá más viajes a Madrid procedentes de Málaga. Y cuando ese tren procedente de Granada llegue a Córdoba, el último AVE de Sevilla habrá salido hacia Madrid tres minutos antes.
Tres minutos de ajuste servirían para tantas cosas... Esto solo pasa en Granada. Y cuando pasa, nos quedamos tan panchos. No protestamos cuando debemos hacerlo, pero somos capaces de esperar más de una década para poner ruedas a la Variante de Loja, cuyas afecciones al entorno ya se conocían desde que Ana Pastor decidió abandonar el proyecto, ante el silencio de quienes hoy siguen echándose las manos a la cabeza, pero discriminando muy bien ante quién sorprenderse y protestar.
Granada necesita gobiernos que cumplan con rapidez y efectividad con sus obligaciones en su beneficio, desde Sevilla y desde Madrid. Pero también necesita quien sepa pedir desde dentro con efectividad y claridad en su favor, aunque solo sean tres minutos de vez en cuando.
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