
Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
El asceta de la izquierda
En los funerales del Papa se ha usado el latín. El concilio Vaticano II dio paso a las lenguas vernáculas en la liturgia católica y a la celebración de la misa de cara al pueblo. Si la ola de conservadurismo que empapa el mundo pone a un papa reaccionario en la Sede de San Pedro, no hay que descartar que las misas vuelvan a decirse de espaldas al pueblo y en latín. Las religiones son el número de fieles que exhiben. Dicen que hay 1.400 millones de católicos en el mundo. Hay que darse a conocer, reclutar adeptos. La especie sobrevive gracias al instinto de reproducción. Génesis 1:28: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla”. Y nacieron los misioneros que acompañaron a los guerreros para sojuzgar naciones y pueblos. Cuanta más gente, más verdadera la creencia. Como no hay ninguna evidencia de las promesas de salvación eterna de religiones y mitologías, solo cabe acogerse al número de creyentes: 1.400 millones de seres –del pueblo llano, pero también muchos sabios y jerarcas–, si creen que esto no se acaba aquí, no pueden estar equivocados. Las religiones han administrado misterio. Por eso, se decían las misas en latín y de espaldas al pueblo. En las ciencias se vive una época de desacralización, de divulgación y vulgarización parecida a la de la IC, tras el concilio. Todo el conocimiento, bien explicado por los expertos de cada materia, puede ser entendido por todo el mundo. Los científicos, para no ser menos, ahora intentan decir sus misas en un lenguaje comprensible, de cara al público. Desde la teoría de cuerdas hasta el Modelo Lambda-CDM (Modelo Estándar de la Cosmología). Resulta vintage el científico que en lugar de divulgar enrarece el lenguaje y lo hace inaccesible para el común. Comprensible solo para sus pares. Desde Dante –muy criticado en su tiempo por haber escrito La Divina Comedia en lengua vulgar, para que le llegara a más gente–, profesores, escritores y libreros hemos ejercido de misioneros del libro como herramienta de liberación y conocimiento. Va a costar mucho volver al latín de los misterios y al lenguaje hermético de las ciencias. El público cree conocer la fenomenología de Edmund Husserl o saber del origen de la vida y del cosmos con solo ver un youTube o escuchar dos o tres podcast del divagador científico de moda.
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