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Es una verdadera pena que nuestros escolares queden lejos de los estudios de la cultura clásica grecolatina. Se pierden, sin tener ellos ninguna culpa, capítulos bellísimos de los cimientos de nuestra civilización y dejan de saborear mitos y leyendas recogidas en las grandes obras de los autores clásicos, en los cuales se inspiraron escritores, pintores y escultores de todos los tiempos; esta de Leda la tenemos en sarcófagos, medallones, camafeos… Leonardo, Correggio, Rubens y hasta Dalí.
En la Alhambra se conservan tres espacios escultóricos con numerosas alusiones mitológicas que difícilmente podemos traducir si no acudimos a los estudiosos y si nadie nos ha hablado de Hesíodo, Eurípides, Apolodoro, Virgilio, Ovidio… Es verdad que es más fácil acercarse a las aventuras del "héroe" Cristiano Ronaldo o a los amores de la Sakira con el Piqué.
En el Pilar de Carlos V, llamado antes Fuente de las Cornetas, junto a la Puerta de la Justicia, se reproducen escenas mitológicas como el rapto de Apolo y Dafne mientras ésta se transforma en laurel, según contaba Ovidio en su obra Metamorfosis. Al lado están Hércules, Alejandro Magno y los hermanos Frixo y Hele que huyen de la muerte montados sobre el carnero de piel dorada (el vellocino de oro). El pilar es riquísimo en simbólicas escenas y motivos heráldicos.
En las fachadas del Palacio de Carlos V hay todo un programa escultórico que ensalza la gloria del emperador con ejemplos mitológicos. Allí, entre otras escenas, aparece Neptuno cabalgando sobre un hipogrifo y Neptuno (Poseidón) abrazando a su esposa, la diosa del mar Anfitrite; y de nuevo Hércules empleado en algunos de sus trabajos.
Pero una de las obras menos conocida, a pesar de que ya la sacó a la luz Gómez Moreno en 1874, es la que hoy comentamos, apoyándonos en el estudio de los profesores Carlos Alcalde y Marietta Torné, esculpida en la chimenea del Palacio de Carlos V reproduciendo la bonita escena erótico-amorosa sobre el mito de Leda y el Cisne (Zeus), basada en la obra titulada Helena del autor griego Eurípides (siglo V a. C.).
Era Leda mujer casada pero tan guapa que encandiló a Zeus; este astuto dios se convirtió en cisne, fingió ser perseguido por un águila y se refugió en la bella Leda hasta poseerla apoyando sus patas sobre los muslos y envolviendo con su pico y largo cuello la cabeza de su amada. Dos faunos impertinentes, escondidos a los lados, observan la erótica escena. Precisamente de esta unión, más la tenida esa misma noche por Leda con su verdadero marido Tindáreo, nacerían cuatro hermanos; uno de los cuales fue Helena, la de la Guerra de Troya. Ella lo cuenta así, según Eurípides: "mi padre es Tindáreo, pero es fama que Zeus en forma de cisne llegó hasta mi madre; la unión amorosa fue en las orillas del río Eurotas".
La chimenea, que se conserva hoy en el Museo de Bellas Artes del propio palacio, fue realizada por el escultor Giacomo della Porta en su taller de Génova hacia 1540; y llegó a Granada unos años después gracias a las gestiones del almirante granadino Álvaro de Bazán y su amistad con el también almirante genovés Andrea Doria. Parece que se pagaron por ella cien mil maravedises y que su destino original sería la alcoba principal del palacio puesto que la preciosa y erótica escena de Leda desnuda y el cisne entusiasmado encajaría mucho más en ese lugar íntimo que en el salón principal.
Si privamos a nuestros estudiantes de estas sabrosas lecciones sobre la antigüedad clásica cometemos no sólo un gravísimo error sino una tremenda injusticia que la juventud de hoy nos podría recriminar mañana. Yo ya no sé cómo decirlo. Y mira que estas mitológicas escenas están a diez minutos de Puerta Real.
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