La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
Sí, money, money, es lo único que le interesa al equipo de gobierno municipal, que ha decidido convertirse en una auténtica máquina recaudatoria, a través de multas abusivas, producto de la extrema necesidad de pagar una deuda estratosférica y un aparato administrativo y de asesores imposible de sostener.
Pero la calle está que trina…, en cualquier comercio, en cualquier esquina, no hay otro tema de conversación entre los granadinos que la operación multazo que está desplegando la Policía Local desde hace semanas, y que nos produce la sensación de que nuestros regidores municipales han puesto un policía local al acecho en cada rincón para cazar y multar a todo el que puedan.
Pero la indignación ciudadana sube de tono aún bastante más con el asunto de la zona azul y la ocurrencia de las polémicas 1.178 nuevas plazas de zona azul que aparecieron en toda la ciudad este verano de la noche a la mañana. Hasta en algunos comercios de barrio se están recogiendo firmas para que se eliminen.
Y el enfado ya se convierte en extremo si combinamos el incremento de la zona azul –con supuestamente la “buena intención” de que no cojamos el coche y seamos muy eco-friendly–, con la subida a 1,60 euros del billete ordinario de bus urbano, subida de todos los bonos y del credibús. Jugada redonda: aprovechando que instalan más zona azul, que actúa como elemento disuasorio para coger el coche, la gente decide ir en bus urbano, por lo que subimos el billete y resultado: ¡más money, money!
O sea, que vivimos en una ciudad acogotada a base de multas, subidas abusivas de impuestos, impuestos encubiertos, impuestos indirectos…, multiplicaciones injustificadas de zonas azules en los barrios, subidas de los billetes de autobús hasta convertirnos en una de las capitales con el transporte público más caro de España, reducción de líneas y frecuencias de autobuses, subidas del IBI a pymes, de las tasas de basura, del cementerio, de los precios de actividades deportivas, etc., etc.
Y todo ello mientras nos inunda la basura, la suciedad, los grafitis, las aceras con losetas sueltas y/o arquetas hundidas, el pavimiento lleno de baches, el mobiliario urbano destrozado, los árboles mutilados… en fin, que el deterioro y la degradación de la ciudad son manifiestos.
¿Hasta dónde va a llegar la capacidad de aguante de los granadinos? No es tolerable que un consistorio que nos asfixia con multas, impuestos variados y subidas de todas las tarifas del transporte público, tenga Granada totalmente abandonada. No todo vale por conseguir –a costa de los bolsillos de los granadinos– más money, money…
También te puede interesar
La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
Por montera
Mariló Montero
Mi buena vecina
El balcón
Ignacio Martínez
Motos, se pica
A la sombra ?de los olmos
José Martínez Olmos
Hogares sin luz
Lo último