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Luis Chacón
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La esquina
La vuelta a Andalucía de la ministra de Hacienda y vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, obedece a una especie de destino manifiesto y fatal: es la única figura que sobresale en la desolación en la que vegeta hoy el socialismo andaluz y responde como nadie a la errática convicción de Pedro Sánchez de que cualquier ministro es un líder imbatible en cualquier territorio en que se presente a unas elecciones.
No escarmienta Sánchez, cuya experiencia en la selección de candidatos en Madrid, por ejemplo, da para un libro. Incluso persevera. Ahora mismo tiene a cinco ministros designados o en puertas de designación como candidatos a líderes territoriales del partido, de la comunidad correspondiente o de ambos. Madrid, Andalucía,Valencia, Aragón, Canarias... Cree que por ser ministros, aunque sean desconocidos o tengan una gestión deficiente, o incluso irrelevante, aportan un plus decisivo a cada candidatura socialista.
Lo malo de esta práctica, aparte de que se ha demostrado reiteradamente fracasada, es que comporta una falta de respeto absoluta a la lógica democrática y la apropiación partidista de las instituciones. Cuando un ministro es designado candidato y no dimite como ministro, su prioridad política y vital pasa a ser, desde el primer día, el fortalecimiento de su candidatura y el debilitamiento de la adversaria. Los recursos materiales, humanos y presupuestarios del Ministerio se encauzan hacia la nueva misión. Montero es un buen ejemplo: cuando fue consejera de Hacienda calculó hasta el último euro del perjuicio que el sistema de financiación autonómica vigente ha causado a Andalucía –y la hizo aprobar por el Parlamento regional– y en cuanto entró de ministra de Hacienda se olvidó del asunto. Ahora, además, ha asumido un sistema que aún perjudica más a Andalucía para favorecer a la comunidad que todos sabemos. Y en el futuro inmediato, cuando sea candidata, hará todo lo que pueda por dañar las expectativas electorales de Juanma Moreno. Natural: es su contrincante. Sería normal si hiciera lo único que estoy seguro que no hará: dejar la vicepresidencia y el ministerio.
Las causas de la decadencia del PSOE andaluz son diversas. Están más vinculadas a lo que ha hecho Pedro Sánchez que a lo que no ha conseguido hacer Juan Espadas. Por no reconocerlo Sánchez busca un mirlo blanco en MJ Montero. A lo más que puede aspirar es a que JM Moreno no repita mayoría absoluta. Eso ya sería un gran éxito.
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