La ‘otra’ Navidad de Granada

20 de diciembre 2024 - 03:07

Mientras las lucecitas de colores iluminan la Granada más cool, los parques de juegos infantiles se pueblan de elfos, papás noeles, pistas de hielo con Frozen y colas en las churrerías; mientras le borramos los números a la tarjeta de crédito y compramos delicatessen como si fuéramos a invitar a la cena de Navidad a la Acorazada Brunete y mientras nos ponemos más glamourosos que Audrey Hepburn para acoger los Goya, más de trescientas personas malviven, y algunos mueren, entre nosotros, sin un techo bajo el que guarecerse y ahora con la espada de Damocles del cierre del centro de la calle Arandas, donde se refugian y su exilio a Cartuja.

Está claro que nuestra alcaldesa no quiere que los pobres le desluzcan esa especie de parque temático navideño que nos hemos montado en el perímetro de Recogidas, Puerta Real, Bib-Rambla, Constitución y Paseo del Salón y para ello nada mejor que enviarles a la Granada marginada, olvidada y estigmatizada. Total, Cartuja no tiene remedio y por lo tanto puede ser el basurero de aquellas personas que desde Plaza del Carmen consideran desechos sociales.

Pero es que además nuestra alcaldesa ha engañado miserablemente a quienes pelean por la dignidad y mejores condiciones de vida para esta gente y lo ha hecho, porque tras su expulsión del Pleno, primero, y su encierro en el Ayuntamiento, después, la Asociación Pro Derechos Humanos y La Calle Mata han denunciado que el Ayuntamiento ha incumplido los acuerdos adquiridos el pasado miércoles cuando se comprometió a “dar una respuesta urgente y garantizar unas condiciones dignas para estas personas”, denunciando que solo se han ampliado 30 plazas en el albergue de la calle Varela, en lugar de “todas las que fueran necesarias”, como el Ayuntamiento garantizó; unas plazas ubicadas en salas pequeñas y pasillos, sin acceso a servicios básicos como lavadora, secadora o microondas, con duchas atascadas y en mal estado y vulnerando su derecho a unas condiciones mínimas de dignidad.

Está claro que para la Plaza del Carmen la prioridad no son las personas, al menos no las que no tienen nada. La muerte a la intemperie de al menos ocho criaturas en los últimos meses –Paco, Isabel, Benjamín, Florín, María del Mar, Jesús, Eduardo Justo y Manuel– evidencia la urgencia de actuar de manera efectiva y responsable, porque Granada no puede permitirse más muertes en sus calles, sin que se nos caiga la cara de vergüenza… ¡Vayamos que se enteren los de los Goya!

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