Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
De nuevo se habla en Granada del AVE. Me parece lógico pues el ferrocarril es fundamental para conectarnos con el resto del mundo y para un desarrollo turístico sostenible. Por razones ambientales, en unos casos, y económicas en otras, ni el autobús ni el avión pueden competir con el tren. Buenas conexiones ferroviarias te abren nuevas oportunidades; lo saben bien en Córdoba. El problema es que en Granada no tenemos buenas conexiones por tren. Creo que no hemos olvidado la historia de nuestro AVE low cost pero siempre es bueno recordarla: tras cinco años completamente aislados, con las vías levantadas por una pésima previsión, finalmente se logró abrir un AVE que nos comunicaba con Madrid a través de Antequera en poco más de 3 horas, yendo a 40 km por hora a su paso por Loja. Desde entonces, la situación no ha mejorado sino todo lo contrario. En estos últimos meses, unas obras en la línea general han incrementado la duración del viaje, con frecuentes retrasos, y a partir del 17 de octubre se vuelve a una aparente normalidad en la cual se tardará tres horas y media en llegar a Madrid, esto es, más que cuando se inauguró.
Resulta evidente que hasta la finalización de la variante de Loja y la doble vía no tendremos un AVE de verdad. Y no sólo por los diez o quince minutos de reducción del viaje sino porque en la práctica a partir de Antequera es un tren a velocidad reducida en relación al cual se relajan las obligaciones de puntualidad. Por ello, no alcanzo a entender a quienes se oponen a la variante de Loja. ¿De verdad pretenden que para siempre el AVE de Granada sea la chapuza de los túneles del siglo XIX? Ciertamente, el Gobierno de España está cumpliendo su compromiso de aportar los 500 millones de euros que cuesta la variante y en los Presupuestos para 2023 ya aparecen 105 millones, que no es calderilla.
La previsión es que para el 2026 estará concluida la nueva línea. Hasta entonces sólo cabe adoptar medidas para que nuestro avecillo atienda de la mejor forma posible a las necesidades de movilidad de la ciudadanía granadina y de quienes nos visitan. Por eso, en lugar de quedarme en la cómoda queja del maltrato, propongo medidas concretas para este tiempo de espera. Primero, que se recuperen los tiempos de duración del viaje de los primeros meses. Si en 2019 se pudo conseguir, también en 2023. Para ello es fundamental que se agilice su paso por Antequera. ¿Tiene algún sentido que pare dos veces en el mismo municipio, que tampoco es una metrópoli? Y, en segundo lugar, los precios no deben ser los propios de un AVE pues no lo son los servicios, al menos en un tramo del viaje.
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