La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
Por si le faltaba algo a este equipo municipal con el tarifazo de los billetes de autobús, la multiplicación de las zonas azules en los barrios, la reducción de líneas y frecuencias de autobuses, la operación multazo, las subidas de las tasas de basura, cementerio, actividades deportivas…, en las últimas semanas los granadinos nos hemos despertado con la nueva ocurrencia de un consistorio que en el tiempo de su mandato ha demostrado que la nada es su bandera y su norte el desnorte.
No es por ser negativos…, quizás se trate de que están experimentando hasta dar con la piedra filosofal de cómo se gobierna una ciudad. Para su consuelo y descargo, sus antecesores tampoco dieron con la clave de bóveda para hacer de Granada una ciudad con el esplendor que merece, limpia, habitable y amable.
Pero sigamos con la última ocurrencia de nuestro Ayuntamiento: cerrar al tráfico los fines de semana las calles Reyes Católicos y Gran Vía, la peatonalización más efímera, reducida tan sólo a los domingos, tras el fracaso de semejante idea por la oposición frontal que ha encontrado en el comercio del centro, que ha visto reducidas sus ventas en un 50% con tan sólo un fin de semana de prueba de esta ocurrencia estrella/estrellada.
El argumento de que igual pasó con la calle Mesones, y que a la postre se ha demostrado que fue mejor peatonalizarla, no sirve ahora, porque Mesones es una calle estrecha que invita al paseo para comprar, y no era el acceso neurálgico al centro como Reyes Católicos y Gran Vía.
Es lógico que a los comercios de estas calles les fuera bien con la medida, porque, aunque no invitan demasiado al paseo de shopping, sí pudieron aumentar sus ventas al andar más viandantes por ellas, pero el resto de los comercios del centro vio reducida hasta la mitad sus ventas.
No hay que ser Einstein para advertir que cuando quienes se desplazan al centro de Granada para hacer sus compras no pueden ni acercarse de lejos con el coche a las zonas comerciales, directamente deciden irse hacia los centros comerciales-todo comodidades: aparcamientos, tiendas variopintas, bares, cines... Y, aunque un paseo por el centro puede ser muy agradable, no lo es tanto el largo camino de vuelta hasta el coche cargados de paquetes hasta arriba.
En fin, otra ocurrencia más de un consistorio desorientado. Aunque lo eco-friendly sea guay, para ser eco-friendly hay que empezar la casa por los cimientos y no por el tejado. Adecenten la ciudad, limpien más y quiten los grafitis de una vez. Las ocurrencias, para después…
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