Érase una vez
Agustín Martínez
Presupuestos?‘destroyer’ para Granada
Recientemente hemos podido comprobar que, en la última encuesta anual sobre fiscalidad del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 62,4% de las personas que votan al PP sostienen que se pagan “muchos” impuestos, porcentaje que roza el 80% en Vox. Esa proporción cae al 22,2% en el PSOE y al 13,8% en Sumar; aunque menor porcentaje, también me preocupa.
En esta nueva entrega, se aprecia una evolución al alza del porcentaje de personas votantes de los partidos de la derecha política que tienen esa opinión; ello supone un problema importante porque yo estoy convencido de la necesidad de que haya un fuerte apoyo social a todo aquello que implica mantener el Estado de Bienestar.
Tener acceso a derechos sociales sean estos los servicios públicos de sanidad, de educación, de atención a la dependencia o la seguridad de la que se encargan las Fuerzas Armadas o los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, además de carreteras, aeropuertos, red ferroviaria y un largo etc., solo es factible si se pagan impuestos.
La idea de que los impuestos son una carga para las familias, tal como la transmiten las fuerzas políticas citadas, desconoce la importancia de un Estado de Bienestar fuerte, capaz de garantizar derechos, disminuir las brechas de desigualdad y tener servicios que generan (también) empleo y riqueza; la principal empresa en nuestro tiempo es la sanidad pública tanto en empleo, como en retorno económico de la inversión (por cada euro retornan 4).
En España, también en muchos países de la UE, el mejor periodo de bienestar de nuestra historia lo hemos vivido en los últimos 40 años gracias a los impuestos que, aunque siempre se puede (y se debe) avanzar en su progresividad, suponen un sistema en el que paga más quién más gana. El círculo de la igualdad y la justicia social se cierra cuando se hace posible que reciba más servicios quien más los necesita.
Fortalecer el modelo de bienestar basado en impuestos requiere también gestionar los recursos lo mejor posible pero, sobre todo, trabajar en reforzar la pedagogía en favor de los valores de igualdad y solidaridad social. No menos importante es señalar que este modelo de bienestar genera cohesión social; algo de enorme importancia para la convivencia.
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