
Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
No queremos reyes
Las trolas, ahora llamadas bulos, fake news o desinformación no son cosa del siglo XXI, han existido a lo largo de toda la Historia, y los gobernantes son los mayores especialistas en encasquetar bulos a los ciudadanos, unas veces sutilmente, otras burdamente, pero cada vez se cortan menos en mentirnos sin tapujo alguno. Pero, cuando peligran sus sillones, recurren al fake-mito, entregado en píldoras machacantes, que nos martillean hasta que sintamos el mensaje como nuestro de toda la vida. Por ello, es urgente darle jaque al fake más sibilino de todos, el fake mitológico, el que implantan como dogma de fe mediante el adoctrinamiento.
Y el fake que constituye el pecado original de Andalucía es “que se aprobase en referéndum la iniciativa para crear la CCAA andaluza”. Sólo hay que mirar el BOE nº 115, de 13-5-1980 (pág. 10.346) para comprobar que en dicho referéndum, por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, fue rechazada la ratificación de dicha iniciativa autonómica prevista en el artículo 151.1 CE, ya que en Almería sólo se alcanzó un 42,31 % de síes (necesitándose más de un 50%), frente al 57,69 % de noes y papeletas en blanco.
Pero hubo que idear más fakes para consumar la suprema fake andaluza: Nuevamente sólo hay que mirar el BOE nº 308, de 24-12-1980 (pág. 28.373) para comprobar que se dictó una Ley Orgánica para anular la voluntad popular soberana de quienes mayoritariamente habían rechazado la creación de la autonomía andaluza, la Ley Orgánica 13/1980, de 16 de diciembre, de sustitución en la provincia de Almería de la iniciativa autonómica, cuyo artículo único confirma el pucherazo antidemocrático: “las Cortes Generales (…) declaran sustituida en esta provincia la iniciativa autonómica con objeto de que se incorpore al proceso autonómico de las otras provincias andaluzas”. Un auténtico escándalo, increíble pero cierto… tanto como que, impugnadas las votaciones en Granada, Almería y Jaén, se dieron por buenos en la sentencia de 12-4-1980 de la Audiencia Territorial de Granada votos de jiennenses muertos, incapaces y sobres con varias papeletas. Así de “democráticamente” comenzaba esta artificial fake-autonomía que sólo nos ha traído desigualdad territorial y postergación. Un pecado original inconstitucional y antidemocrático.
Y, como para mantener unas fakes hay que inventarse otras, después vinieron “Andalucía es nuestra nación” y “nuestro padre es Blas Infante”, aderezadas con bandera e himno inventados y con una estructura falsaria para mantener el engaño de la existencia inmemorial de Andalucía como instrumento identitario. Fakes alimentadas con más fakes para mantener el falso mito político de Andalucía, al que nunca ha pertenecido Granada y su región.
Los granadinos nunca debemos olvidar el pecado original de Andalucía…
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