Peligrosos monstruos

18 de marzo 2025 - 03:07

Tras la celebración cada año del referéndum fake del 28-F, siempre me pregunto cuál es la motivación que lleva a los políticos andaluces a enaltecer la figura de un sujeto como Blas Infante, que creía en todo menos en un modelo de Estado democrático como el que nos daría nuestra Constitución. Su visión de una Andalucía de vuelta a los tiempos de Al-Ándalus, su sueño de anexión con el norte de África, su renuncia a su propio nombre tras hacer la shahada, y sus ideas radicales tan opuestas a los valores democráticos presentes en Europa ya en su época, le convierten en la antítesis de lo que debería ser un padre de una patria.

La elección de este personaje no de primer nivel como “padre de la patria andaluza” en 1983 sólo se debió a una estrategia identitaria para conformar una nacionalidad histórica inventada a través de un falso mito. Se creó un símbolo vacío de contenido para legitimar una identidad territorial falaz que diferenciase a Andalucía de otros territorios de España con la única finalidad de ensalzar las diferencias entre los españoles y ocultar todo lo que nos une.

Posteriormente vino la maquinaria propagandística, con bandera, himno, escudo y celebraciones obligatorias el 28-F y 4-D, y el adoctrinamiento educativo permanente en las aulas. Así, desde pequeños, los escolares andaluces maman el “hecho diferencial andaluz”, llevando ya 45 años siendo aleccionados sobre una estructura falsaria construida por el andalucismo institucional, que distorsiona la Historia de España, de Andalucía y del Reino de Granada.

Pero el bombardeo ideológico continúa en todas las edades: parafernalia institucional de las celebraciones sobre Blas Infante, 28-F, 4-D…, merchandising cuasi religioso en torno al susodicho/identidad andaluza –hasta existen bienes declarados BIC por motivos andalucistas e infantianos–, propaganda institucional continua a través de medios de comunicación, webs, anuncios…

Lo más lamentable de esta gran mentira es la motivación última que hay tras su creación, porque es difícil comprender que un sujeto con semejantes ideas sea venerado como padre de ninguna patria.

Los políticos necesitan perpetuar su modus vivendi de lo público, y, enraizando un falso hecho diferencial andaluz, legitiman la autonomía andaluza, y con ella la pervivencia del aparato institucional-político-administrativo que les mantiene en el poder, sus privilegios y prebendas.

Olvidan quienes ensalzan a este padre fake –al igual que ocurre con otros falsos padres de falsas patrias de otros territorios de España– que están alentando al peligroso monstruo de falaces ideas identitarias de confrontación entre españoles, que conducen a la destrucción de nuestro gran país. No todo vale por permanecer en la poltrona política. Crear y alimentar a monstruos siempre es peligroso…

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