En tránsito
Eduardo Jordá
Linternas de calabaza
Las dos orillas
Puigdemont se ha convertido en el amo de la política española desde 2017. No hay un político más influyente que él en España. Puigdemont es interesante como personaje, por su semejanza con un Groucho Marx sin bigote. Aunque como político dice paparruchadas, en un país donde existe poca sustancia ideológica y escasa ética para gobernar. Puigdemont lo sabe, y se aprovecha de las circunstancias, que son muy aprovechables para que nuestros políticos hagan el ridículo y estén bailando al son que dicta este cómico. Mérito tiene, sin duda.
Carles Puigdemont nunca ha ganado unas elecciones a la Generalitat. Fue elegido presidente en enero de 2016, gracias a los votos de la CUP, que había vetado al candidato de Junts, que era Artur Mas. Los antisistema independentistas colocaron en Sant Jaume a Puigdemont (detalle que se olvida), que en aquellas elecciones iba como número 3 por Girona. Puigdemont era alcalde de ese municipio, donde la CUP tiene bastante arraigo. Así que Puigdemont fue presidente de rebote, y porque era el más independentista que había en CiU desde los viejos tiempos de Pujol. Sin Puigdemont, es probable que nunca se hubiera montado el proceso secesionista ilegal que han amnistiado a cambio de sus votos.
Son curiosos los orígenes de Carles Puigdemont i Casamajó. A pesar de sus apellidos, tan catalanes, el cuarto es Ruiz, porque su abuela materna era andaluza, de La Carolina (Jaén). Los dos abuelos y la abuela paterna sí eran catalanes. Carlete iba a estudiar Filología Catalana en la Universidad de Girona. Pero no se licenció. Se hizo periodista a sí mismo, sin pasar por ninguna facultad, con su inteligencia natural. Empezó con crónicas futbolísticas en el diario Los Sitios, de Girona. Después pasó a El Punt, donde llegó a ser redactor jefe.
Fue vocal del Colegio de Periodistas de Cataluña, sin tener ningún título. Y, en 2004, cuando ya estaba situado en CiU, fue director general de Catalonia Today, un panfleto en inglés, que recibía ayudas de la Generalitat, donde mandaban los suyos. En 2006 fue elegido parlamentario catalán de CiU y en 2007 concejal en Girona. La dirección de Catalonia Today fue asumida por su pareja, la periodista rumana Marcela Topor. En CiU todo se quedaba en casa.
Puigdemont se formó a sí mismo, es un líder sin pedigrí. No ha terminado ninguna carrera universitaria, y no ha ganado nunca unas elecciones como cabeza de cartel en Cataluña ni en España. Pero se cachondea de los catalanes y los españoles, gracias a que Frankenstein lo ha resucitado.
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