Pisos turísticos

El problema de acceso a la vivienda que se está sufriendo en muchas ciudades de España y que afecta sobre todo a las personas más jóvenes, puede derivar en una situación catastrófica que ponga en cuestión la capacidad de las políticas públicas para solucionar problemas importantes para el conjunto de la sociedad. Incluso, puede alimentar más desafección en relación a la política y a la clase política.

Una de las causas más relevantes de esta situación radica en el enorme crecimiento de la oferta de pisos turísticos que, por el modelo mayoritario de alquiler por días o semanas, condiciona un incremento inasumible de los precios de alquiler y compra.

De hecho, ciudades como Granada, Málaga, Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y otras de las Islas Canarias (por no citar una lista inacabable) sufren una situación que afecta y perjudica ya a cientos de miles de personas y pone en riesgo el derecho al acceso a la vivienda.

Los pisos turísticos no solo están condicionando un crecimiento exponencial de los precios que hace imposible el acceso a la vivienda a grandes capas de población sino que, además, genera una expulsión del centro de la ciudades a personas incapaces de poder pagar alquileres y precios de compra inasumibles y gentrifica esos espacios.

Todo ello sin contar con las situaciones que se generan para los habitantes de la ciudad que viven habitualmente en las comunidades afectadas, que tienen que soportar ruidos, suciedad y molestias y el deterioro de nuestras ciudades. Es tal el problema, que comienzan a producirse manifestaciones muy numerosas en las que miles de ciudadanos y ciudadanas expresan su enorme malestar.

Conviene tomarse en serio este problema y buscar soluciones eficaces porque, de lo contrario, tenemos a las puertas un estallido social con mucho seguimiento entre la juventud, con enormes consecuencias electorales.

Junto a una regulación que module la forma de autorizarlos (con el requisito de la autorización de la propia comunidad de vecinos) y ponga limite al número de pisos turísticos en zonas o ciudades no tensionadas, cabe prohibir los pisos turísticos en otras, tal como anunció el alcalde de Barcelona para enero de 2028.