Políticos de desecho de tienta

La ciudad y los días

31 de agosto 2024 - 03:07

Me propuse dar de lado a la morralla en los artículos del agosto que hoy termina. Y lo he logrado. Morralla, en su segunda acepción, es multitud de gente de escaso valor. Algunos de sus sinónimos o afines son chatarra, gentuza o desecho. Me quedo con el último en el sentido taurino de desecho de tienta. En El toro bravo Álvaro Domecq precisaba: “El desecho se subdivide en la libreta del ganadero en desecho bueno, desecho regular y desecho malo”.

Tenemos una mayoría de políticos de desecho de tienta. Unos pocos de desecho bueno, muchos de regular y muchos más de malo. Ninguno cumple el decálogo del Cossío: carecen de casta ideológica heredada de sus mejores ascendientes en el partido, de bravura para afrontar los problemas más graves que afectan a los ciudadanos y al país, del trapío que denota respeto, de defensas con las que afrontar dichos problemas, de ese peso político que se reconoce como liderazgo ganado por sus valores y no por sus argucias, de la edad intelectual que debería darles cuajo, serenidad y decisión, de la codicia que persigue con vehemencia los desafíos que la realidad les presenta, de la raza que hace comportarse bravamente y de la estampa o lámina propia de quien ha recibido, a través de las urnas, la confianza de los ciudadanos para gobernarlos.

Mal gobierno, mala oposición. Solo se salvan los políticos de proximidad, mejores cuanto más pequeños sean los territorios que gobiernan. Hay excelentes concejales y alcaldes en pueblos y ciudades sobre todo pequeñas o medianas, servidores públicos atentos a las necesidades de sus vecinos. Por desgracia cuanto más se asciende en responsabilidades, más se desciende en calidad política.

Basta citar lo que sucede con uno de los desafíos humanitarios, sociales y políticos más graves: la inmigración. Andan estos días el PSOE y el PP atacándose por proponer planteamientos que habían defendido antes. El mismo argumento es criticado por el PSOE si lo propone el PP y defendido si lo proponen ellos; y el PP lo critica, aunque ellos lo hubieran propuesto antes. Está pasando con la migración circular criticada por el PP que solo hace dos meses la proponía. O con la devolución de inmigrantes irregulares, duramente criticada por el PSOE que ahora la asume. Mientras tanto unos se ahogan y otros son hacinados y repartidos sin que haya planes reales de capacitación e integración social, cultural y laboral.

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