La Rayuela
Lola Quero
Nadal ya no es de este tiempo
Hace sólo un par de días que el Ayuntamiento de Granada, en los jardines del Cuarto Real de Santo Domingo y con invitación del “todo granada” y presidido por la alcaldesa Marifrán Carazo, hizo entrega de los Premios Prestigio Turístico Ciudad de Granada, galardones que la Ciudad concede anualmente y que, desde que se produjo la maldita pandemia de la Covid, hace casi un lustro, se dejó de conceder hasta que estos reconocimientos se han retomado, y muy acertadamente, por el actual gobierno municipal. La concesión la hace la Delegación de Turismo del Ayuntamiento, que desempeña estupendamente el concejal Juan Ramón Ferreira Siles, con la acertada colaboración de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo, que preside Gregorio García Domínguez.
Este año, los galardonados han sido Radio Televisión Española –lo recogía en su nombre Cristina Ónega–, el Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Granada –recogía Francisco Montoro–, el brillante ex director del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, Antonio Moral Rubio, el magnífico Hostal Seda Club –cinco estrellas superior– y la renombrada y muy apreciada empresa pastelera Puerta Bernina. Todos muy justa y abundantemente aplaudidos.
El acto no estuvo mal y estará mejor, seguro, en cuanto se coja, de nuevo, carrerilla en sus futuras ceremonias de entrega. El galardón, físicamente, según se pudo vislumbrar porque no se reprodujo en la pantalla del escenario, está diseñado (sic.) por los Hermanos Moreno y está inspirado en el monumento erigido –por el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada, esto no se dijo en ningún momento– en homenaje al Duque de San Pedro de Galatino; Julio Quesada Cañaveral y Piédrola; es decir el monumento que el Centro Artístico mandó levantar, en 1923, en los jardines de la Bomba y que encargó al ya entonces prestigioso escultor José Navas Parejo. Así, pues, esta distinción que hoy día concede nuestro Ayuntamiento no es sino el propio emblema y escudo del Centro Artístico –que el año que viene cumple ciento cuarenta años de existencia– es decir, un águila imperial de bronce dorado, en este caso, como en el del monumento al citado duque –y primer promotor turístico en la Granada moderna– con las alas extendidas, en actitud de majestuoso vuelo y dispuesta a posarse sobre un prisma pedestal.
Nuestro Ayuntamiento, en fin, se ha decidido por hacer entrega de este premio a la cultura y al turismo, que es un verdadero ejemplo del diseño de Navas Parejo, con una antigüedad que pronto será nada menos que de siglo y medio y que, en si mismo, se puede considerar, también, como un reconocimiento al Centro Artístico, más antigua institución viva en la promoción granadina de la Cultura y naturalmente, el turismo. Es de agradecer ¿O no?
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