De otro color
Juan Pablo Luque Martín
Vuelve la Navidad
Quizás
Es tal la chulería del homo sapiens, que muchos consideran que la teoría de la evolución termina con ellos. Admiten que venimos del mono, pero viven convencidos de que con nosotros finaliza la ruta hacia el futuro. Se trata de una idea descabellada, y ya se admite de manera generalizada que el siguiente paso de la humanidad consistirá en la aparición de unos seres producto de la fusión entre lo que es nuestro cerebro y las máquinas. Esos Homo sapiens mecánicos superarán las limitaciones que en forma de obsolescencia tenemos y dominarán la Tierra con ideas, interrogantes, problemas y respuestas diferentes a las nuestras. Cuando eso ocurra no estaremos, y de ahí que el asunto nos preocupe menos que la actualidad política.
Pero los más inquietos creen que aunque nos encontremos en la prehistoria de esa nueva era, es ya el momento de empezar a construir el zócalo sobre el que se construirá el futuro, porque es ahora cuando toca establecer las bases esenciales de como serán las relaciones entre los sapiens y las máquinas. Porque aún, nuestra relación con la Inteligencia Artificial es la que existe entre los creadores y la creación. Para las máquinas, los sapiens somos sus Dioses, porque les hemos dado la oportunidad de existir. La IA es obra nuestra, pero antes de lo que creemos, será un elemento esencial del devenir de la especie que va a sustituirnos al frente de la evolución. Y pocas de nuestras actuales convicciones servirán para definir cómo será la vida cuando llegue ese momento.
Porque llegará el día en que los conflictos actuales que tanto tiempo nos ocupan sonarán a los habitantes de la Tierra igual que a nosotros los episodios de la Biblia. Estos sapiens mecanizados no necesitarán estudiar ni leer para conocerlos, sino que portarán en su interior conexión directa con unos servidores que les permitirán hablar todos los idiomas del mundo; prevenir las enfermedades y diagnosticarlas con la misma fiabilidad que ahora testamos el motor de nuestros coches; y dispondrán al alcance de un clip del saber de todas las Bibliotecas que en el Mundo ha habido desde Alejandría. Cuando esto suceda y nuestras ideas y pasiones actuales se contemplen como motivo de documentales de naturaleza; las batallas por el poder continuarán dibujando las relaciones entre los pobladores de la Tierra, porque lo esencial permanece y simplemente somos nosotros los que nos vamos. Entonces, ¿por qué no llevarnos mejor y ahorrarnos tanta discusión absurda? Total, para lo que nos queda.
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