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El proyecto del paseo de Romayla da un paso atrás para dar dos adelante cuando llegue el momento. Es lo más razonable cuando el proyecto estaba generando una notable controversia y tenía en contra a instituciones del prestigio de la Real Academia de San Fernando o la de Bellas Artes de Granada. Intervenir en el entorno de la Alhambra siempre es complicado y es el momento de evitar actuaciones inadecuadas, algo que se tendría que haber hecho por ejemplo cuando se permitió edificar ese adefesio que es el Rey Chico. Y ojo, no hablamos de las actividades que se desarrollan en él, de primer nivel cultural, pero al menos es opinable si esa construcción concuerda en este entorno monumental. Por eso, antes de tirar para adelante, la decisión de repensar el proyecto debe ser aplaudida porque rara vez las instituciones dan un paso atrás. Ayuntamiento, Junta y Alhambra han sabido entender que una retirada a tiempo es una victoria, también para el patrimonio.
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