El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
¡Boom!
Granada acogerá el próximo jueves la reunión internacional con la que comienza de forma efectiva el acelerador de partículas del proyecto internacional IFMIF-DONES, que buscará materiales resistentes para construir centrales de fusión nuclear que generen electricidad limpia e ilimitada. Por cierto, la fusión nuclear presenta diferencias fundamentales con las centrales nucleares en funcionamiento, que generan el calor que mueven las turbinas con fisión nuclear.
Lo he repetido en varias ocasiones y esta semana, cuando comenzamos a tocar el proyecto, lo podemos proclamar a los cuatro vientos: nuestra tierra está a punto de comenzar una etapa que será de gran prosperidad, si la sabemos aprovechar.
Granada es la tierra del chavico hasta para lo bueno. Llevamos tanto tiempo hablando del asunto y luchando frustradamente por otros proyectos, que creo que no nos terminamos de creer que el acelerador haya llegado y sea una realidad desde este jueves.
El 16 de marzo será un día para señalar para siempre en la historia de Granada. La decisión del Gobierno (con la concurrencia de la Junta) de apoyar el proyecto anunciando en su día que asumirá el 50 por ciento de toda la inversión (más de 800 millones de euros totales a invertir en 10 años) supone generar en Granada unas condiciones ideales para relanzar la ciencia, la tecnología y el conocimiento como base de un nuevo renacer socioeconómico.
Sin dejar de reivindicar las infraestructuras que por justicia nos corresponden, el acelerador supone comenzar (solo comenzar) a reparar una injusticia histórica: la generada por los sucesivos poderes ejecutivos desde hace varios siglos apostando decididamente en este país sólo por el desarrollo de algunos territorios.
La oficina de investigación de datos de la Agencia Tributaria que se creará en breve, el nuevo parque tecnológico en la antigua CETARSA de la carretera de Córdoba, el acelerador y todo el impulso que traerá a la CITAI de Escúzar, el Parque Tecnológico de la Salud, todo lo relacionado con la marca 'Granada Salud', todo el enjambre existente alrededor de la inteligencia artificial y las empresas TIC ya asentadas en Granada; y, tan importante como todo lo anterior junto, todo lo que supone para su entorno el impacto en todos los ámbitos de la Universidad de Granada, nos ofrecen los suficientes argumentos para afirmar que estamos en nuestra mejor oportunidad como sociedad de los últimos 500 años. Esta reflexión ya la utilicé hace unos meses en este mismo espacio. En aquel momento hablaba en futuro. Hoy, todo esto es presente. Sólo tenemos que saber aprovecharlo. Ahí me surge alguna a duda, pero Granada está en la buena línea. Enhorabuena a todos.
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