Sexualidad y mayores

La sexualidad es un aspecto consustancial a las personas y forma parte importante de nuestras vidas, hasta el punto de ser fuente de bienestar cuando es una vivencia satisfactoria o, por el contrario, puede ser fuente de malestar.

Hablar de sexualidad no es un asunto fácil porque no es infrecuente que sea un asunto tabú; ello hace más complejos los esfuerzos para el análisis y las reflexiones. Y es posible que en lo que se refiere a la sexualidad de las personas mayores, se convierta en un asunto más complejo aún, al estar demasiado oculto y parecer que es algo que no existe.

Ya estamos viviendo una situación en la que hay un altísimo número de personas mayores que reciben cuidados en residencias asistidas para resolver sus necesidades vinculadas a su mayor o menor grado de dependencia y, en lo próximos años, el crecimiento de necesidades de cuidados y de la oferta de plazas residenciales será una realidad objetiva; pero en general, el asunto de la sexualidad está ausente de los planes de cuidados aplicados.

El abordaje de la sexualidad en los mayores que viven y vivirán en residencias quizás deba de ser un asunto prioritario. Y no es habitual que las residencias tengan ni la privacidad necesaria ni un enfoque de considerar el bienestar sexual como una de las prioridades de acción. Y aunque cada vez hay más disponibilidad de profesionales de la sexología que aportan y ofrecen servicios en este campo, no es una oferta generalizada ni reglada.

Creo que puede ser necesario reclamar que ha llegado el momento de romper tabúes y pensar que el apoyo profesional con estrategias y técnicas para conseguir una sexualidad satisfactoria en las personas mayores, debe formar parte de los servicios ofrecidos como un indicador de calidad, al igual que otros servicios necesarios para ellas.

En este sentido, la aportación de los profesionales de la sexología es un asunto imprescindible que debe ser tenido en cuenta en el diseño de los planes futuros para los cuidados que deben ofrecerse a las personas mayores ya que en nuestro país, en pocos años, será una población que se va a incrementar de manera significativa.

Y es que en el diseño de políticas públicas de bienestar para los mayores, la sexualidad debe cobrar protagonismo si queremos avanzar hacia una vida lo más plena posible.