La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
Como un auténtico Sheriff de Nottingham, el equipo de gobierno municipal ha decidido convertirse en una enorme máquina recaudatoria, a través de abusivas e injustas multas e impuestos. Es comprensible que quieran rebajar la deuda estratosférica que se encontraron al llegar al Ayuntamiento –aunque no sea de dos días ni de un solo equipo municipal–, lo que no es comprensible es que todo el dinero que necesitan para eso y para pagar todos sus asesores y derroches variados, lo quieran conseguir a costa de clavarnos a los granadinos.
Ejemplo de estas prácticas recaudatorias abusivas son las polémicas 1.178 nuevas plazas de zona azul que han aparecido en toda la ciudad de la noche a la mañana: Zaidín, PTS, Carretera de la Sierra… que constituyen un auténtico impuesto encubierto de hasta 150 euros/año para los vecinos que queramos aparcar en nuestros propios barrios.
Querer convencernos de que la ampliación de la zona azul va a resolver la rotación de estacionamientos y que mejora la calidad del aire es menospreciar la inteligencia ciudadana, ya que el sistema de abonos permite aparcar por toda la ciudad, contradiciendo las restricciones al tráfico de una zona de bajas emisiones, que, para más inri, nada avanza en su implantación.
Si al controvertido aumento del estacionamiento de pago sumamos la subida del precio del transporte público, la reducción en los barrios de líneas y frecuencias de autobuses, la subida del IBI a pequeñas y medianas empresas, de las tasas de basura, del cementerio, de los precios de las actividades deportivas y de reserva instalaciones para clubes, de las escuelas de verano, etc. nos encontramos con un gobierno que, más que gestionar los graves problemas de Granada, se dedica exclusivamente a recaudar, como el famoso Sheriff de Robin Hood.
Y es que en Granada tenemos la sensación de que han puesto un policía local detrás de cada esquina para ver cómo pueden multarnos, y de que el Ayuntamiento no para de implantar subidas de tasas e impuestos para asfixiarnos más a los granadinos.
Y mientras este abusivo afán recaudatorio hace caja, Granada está plagada de basura y suciedad, grafitis, edificios ruinosos, baldosas/adoquines sueltos, mobiliario urbano destrozado, papeleras rotas/rebosantes de basura, botellas, latas, papeles y bolsas tiradas producto de botellones/despedidas de soltero, bancos/farolas destrozados, arboricidios, árboles mutilados, alcorques cementados, vegetación seca/machacada…. Es más barato no cuidar, no limpiar, no prohibir, no regar…
El deterioro de Granada es intolerable, no se puede permitir que un Consistorio que nos ahoga con impuestos y multas tenga nuestra ciudad totalmente destrozada y descuidada. Ni Granada es Nottingham, ni estamos en la Edad Media.
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