Siete años para un espigón

La cosa es que al final nadie acaba creyéndose a las administraciones públicas. Siete años han sido los que ha tardado el Gobierno en poner en marcha el primero de la casi una veintena de espigones, unos más grandes que otros, que tendrán que defender durante los siguientes decenios a la Costa de Granada de, en el fondo, su propia y agreste naturaleza. Siete años donde incluso han pasado dos Gobiernos, aunque parezca mentira con tanta presencia de Pedro Sánchez desde que por primera vez llegó a Moncloa. Y un tiempo valiosísimo en el que solo ha dado lugar a uno, y ni siquiera está acabado, sino que está empezando a construirse. El de Playa Granada es la punta de iceberg. Parece que para finales de año saldrá la licitación de otro. Tampoco está mal, nos iremos a ocho años desde que en 2017 se publicó el documento de Estrategia de Defensa de la Costa. Lo que da vértigo pensar es cuándo se harán los siguientes y, sobre todo, cuántas necesidades no hará falta introducir conforme se vea el efecto de los que se hacen. Y por cierto, ya que algunos entroncan con ellos: ¿qué hay de las marinas de Almuñécar y Motril?