Envío
Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
Pasada la primera semana de julio es muy habitual que a los profesores universitarios se nos pregunte, con no poca sorna, malicia y envidia, que nunca es sana, aquello de: ¿Ya estarás de vacaciones, no? Añoro yo aquellos años de estudiante que, pasado el siete de julio, habías acabado los exámenes y te ibas de vacaciones tranquilo. No había que dejar nada para septiembre.
Ahora todo eso acabó. Los estudiantes se pueden ir a su casa, aprobados o no, a mitad de julio, pero al profesorado le quedan aún muchas tareas hasta finales del mes dedicado al divino Julio César. No solo corregir las pruebas de las extraordinarias y atender reclamaciones, además son numerosas las comisiones de los trabajos finales de grado y de máster a las que tenemos que atender, revisar y asistir, previa lectura de múltiples documentos. Desde luego que hay algunos y algunas que son expertos y expertas en esquivar estas tareas, nunca faltan excusas creíbles o increíbles pero no quiero yo hacer sangre en esa cuestión. Siempre es agradable compartir tribunales con los mismos compañeros y compañeras.
Y de eso quería yo hablarles, que con el calor divaga uno un tanto, de los tribunales. En realidad en la universidad los llamamos comisiones de evaluación, aunque los estudiantes no se lo creen y terminan preguntándose entre ellos: ¿Quién te ha caído en el tribunal?, por aquello de que si en el tribunal hay una mayoría ‘benévola’ les den más nota o si hay mayoría de los ‘huesos’ resulte lo contrario.
Ya ven que aquello de que, según qué tribunal tengas, te pueden aprobar, suspender, rebajar la pena o hasta indultar, no solo ocurre en ciertas instituciones sino hasta en las más altas instancias del país. Es una realidad que todos los estudiantes, opositores, y yo diría que todos los ciudadanos y ciudadanas del Reino de España, van comprobando en los últimos años. Al igual que los estudiantes pueden pedir revisión de exámenes, otra tarea que tenemos en julio, ya sabemos que aquí todo es revisable y que a lo mismo un tribunal dice negro donde para otro era blanco y viceversa.
Siendo positivo entiendo que aprobar a políticos condenados, mantengo el símil académico, se puede convertir en una oportunidad para que vuelvan a la política y demuestren su gran honradez puesta en entredicho. No solo pasado el rio Ebro están a la espera de que alguno de esos honorables vuelva, también en Andalucía ya se han propuesto algunos. Y con la escasez de buenos políticos que nos afecta no hay que menospreciar a nadie. Quizás sea muy positivo o simplemente que a estas fechas y con los calores de julio me esté dando un delirio. Vale.
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