El tren de motril, capítulo 99

Advierto antes de empezar, que esta es una columna recurrente (tal como el tema) que escribo cada vez que oigo a un ministro hablar del tren de Motril. Para mí es como una de esas series televisivas que reponen todos los años en verano cuando no hay producción propia. La reivindicación del tren Granada-Motril ha cumplido exactamente cien años. Fue en 1924 cuando por primera vez una comisión de motrileños marchó a Madrid para realizar gestiones cerca del diputado a Cortes y con el ministro de Obras Públicas a fin de que estudiaran el proyecto sobre el tren Granada-Motril. La comisión regresó al pueblo con la buena noticia de que el ministro había dicho que iba a estudiar en serio la propuesta y que en unos días iba a enviar a varios ingenieros para un estudio preliminar. Los ingenieros nunca llegaron. Luego, ese tema se convirtió en un recurso al que acudían los gobiernos locales cuando no tenían otra cosa que ofrecer. Cada ocho o diez años se reproducía la escena en la que cambiaban los miembros de la comisión que iba a Madrid y el ministro correspondiente. El cronista Paco Pérez cuenta que recién terminada la Guerra Civil un gobernador congregó a los motrileños en la plaza de España y en torno de arenga soltó: “¡Motrileños! ¡Nosotros no somos como los viejos políticos, que os pedían el voto y luego os engañaban! ¡No! ¡Nosotros no venimos con promesas, sino con realidades! ¡¡Yo os traigo el soñado ferrocarril a la Costa!!” Lo dijo enseñando una especie de telegrama en el que, según él, le había comunicado la Dirección General de Obras Públicas que se habían librado 150.000 pesetas para el proyecto del ferrocarril. Luego resultó que el telegrama era más falso que el fuera de juego en un futbolín.

Ya en la democracia, todos los ministros de Obras Públicas, tanto del PSOE como del PP, han dicho eso de “estudiar seriamente” el proyecto del citado tren. Hace cuatro años fue el ministro Ábalos el que dijo que iba a hacerlo porque le parecía muy factible. El último en decir que abordará un “estudio serio” sobre el tren Granada-Motril ha sido el ministro Óscar Puente, que vino hace unos días a la capital y lo dijo en un desayuno informativo al que asistí. Yo en ese momento le estaba dando un sorbo al capuchino y estuve a punto de espurrearlo sobre la comensal que tenía enfrente de la carcajada que solté. Si fuera una reposición de la tele, éste sería el capítulo 99. Con el próximo ministro celebraremos el cien.