UGR: en espera

23 de marzo 2025 - 03:10

Hace unos meses una profesora argentina, en visita por España, contactó conmigo y me preguntó si podía visitar la Universidad de Granada (UGR). Imaginaba que, al igual que muchas otras universidades, estaría concentrada en un campus. Mi respuesta fue afirmativa y lo que le mostré, en realidad, fue toda la ciudad de Granada (o casi), pues la UGR, desde Cartuja al Campus de la Salud, pasando por el centro histórico, y etc., es Granada. Perdonen la simplificación pero si tuviéramos que resumir la ciudad de Granada en dos palabras, creo que Alhambra y Universidad serían un buen resumen y discúlpenme por las otras muchas cosas que no cito.

Esta semana pasada la UGR aparecía de forma destacada en cinco de seis portadas, de lunes a sábado, de este diario Granada Hoy. Desde la jubilación de su plantilla en los años venideros, la oferta de nuevas titulaciones, su buena posición en los rankings internacionales y otros temas que son noticiables. El tema estrella, en muchas de esas noticias, es el problema de la financiación que sufren las universidades públicas en Andalucía, infrafinanciación que afecta a la mejora y creación de infraestructuras, pagos de atrasos de complementos económicos, puesta en marcha de nuevas titulaciones, entre otros. El rector, Pedro Mercado Pacheco, en una reciente carta a la comunidad universitaria, comunicaba sus “tres principios que han orientado la actuación del Equipo de Gobierno de la Universidad de Granada”, estando entre ellos, el “desarrollo y mejora de las condiciones de todos los sectores de la plantilla”.

En esa situación de desarrollo y mejora se encuentran unos 400 profesores en lista de espera (y aumentando cada semana) acreditados para poder promocionar desde su situación de contratados de diverso tipo a funcionarios como profesores titulares o profesores titulares que están acreditados para su promoción a catedráticos de universidad. Esa mejora en su carrera universitaria, para algunos ya tuvo una larga espera por crisis anteriores, tiene ahora un nuevo parón que nos mantiene en incertidumbre por motivos diversos. Sabemos del esfuerzo del Equipo de Gobierno para buscar soluciones y todos asumimos eso que llamamos en la UGR la “lealtad institucional”. Empero, y con algo de rubor personal, me resulta sorprendente que entre las muchas noticias de los problemas que tiene la UGR solo se citen los ladrillos y los títulos, por así decirlo. Tras los ladrillos y los títulos, investigando y ejerciendo docencia que coloca a la UGR en altos niveles de excelencia, se encuentra un colectivo de profesorado que espera, en algún momento, poder ver reconocidas esas acreditaciones. Vale.

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