X (antes Twitter)

Hemos conocido que el periódico británico The Guardian y el diario español La Vanguardia han anunciado que dejan de estar activos en la red social X (antes Twitter), propiedad de Elon Musk. Argumentan que esta red social se ha convertido en “una plataforma tóxica en la que encuentran una caja de resonancia las teorías de la conspiración y la desinformación”.

También hemos podido comprobar la implicación de Elon Musk y su plataforma en favor de Donald Trump en las últimas semanas, con motivo de la campaña electoral para las elecciones presidenciales de EEUU y se argumenta la utilización de la red X para influir en la opinión de los electores tratando de favorecer el voto para Trump.

Las decisiones de The Guardian y de La Vanguardia permiten (o debieran permitir) abrir una reflexión sobre la influencia que tienen las redes sociales en la opinión y el comportamiento de la ciudadanía. Pienso que, como en casi todos los asuntos de interés, la redes sociales tienen oportunidades o elementos potencialmente positivos y amenazas o elementos potencialmente negativos.

Lo que es cierto es que la red social X bajo el control de Elon Musk desde que asumió el rol de propietario no ejerce ningún control de contenidos y, también, ha estado inmerso en polémicas situaciones.

A su utilización en la campaña a la presidencia de EEUU, se une otro ejemplo en Reino Unido de hace pocos meses, cuando estalló la violencia de extrema derecha y racista al difundir que un ataque ocurrido en la ciudad de Southport en el que murieron tres niñas, fue obra de un migrante islamista.

Nunca como hasta ahora hemos tenido la posibilidad de acceder a una enorme cantidad de información de todo tipo en tiempo real. ¿Eso es bueno? ¿Es malo? Depende de cómo se elabore y emita la información y de cómo se use la misma, así como también, de qué valores o criterios éticos guíen el proceso.

Para tratar de asegurar el potencial positivo, los poderes públicos y la sociedad deben reflexionar y adoptar las decisiones que favorezcan un uso ético y respetuoso con los derechos de todas las personas. Tarea nada fácil, pero imprescindible.