Intentar cambiar España por la puerta de atrás

Editorial

04 de agosto 2024 - 03:09

El efecto indeseable de las relaciones bilaterales entre el Gobierno central y cada comunidad acaba de verse en Cataluña, donde el PSOE ha pactado un concierto fiscal con ERC que afecta al resto de las comunidades sin que éstas hayan sido ni consultadas ni informadas. Es lo contrario al federalismo, que se sustenta en los principios de igualdad, de solidaridad y de lealtad entre el Gobierno federal y cada uno de los Estados. España no es un país federal, ha desarrollado un modelo propio que es el de las autonomías, pero el preacuerdo al que han llegado PSOE y ERC para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat dista mucho de ser un avance hacia la “federalización” del Estado, que ha sido el argumento empleado por Pedro Sánchez para defenderlo. La propia declaración de Granada, que fue un documento consensuado y aprobado por el PSOE y el PSC en 2013, durante la secretaría de Alfredo Pérez Rubalcaba, era una propuesta de reforma de la Constitución que avanzaba hacia un Estado federal, por lo que no incluía la entrega de la recaudación y gestión de los impuestos a las comunidades, sino la participación de ambas partes en consorcios donde cada una de éstas tendría el peso correspondiente. De hecho, esta fórmula se incluye como posible en el actual Estatuto de Autonomía de Andalucía. El acuerdo del PSOE con ERC es muy diferente, se trata, como se vanaglorian los independentistas, de entregar “la llave” del sistema a la Generalitat, que en última instancia se convierte en el pagador del Gobierno central. Si este pacto se materializara en una ley, la Constitución Española sufriría una mutación ni consultada ni deseada hacia un modelo confederal.

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