Luis Miguel Gutiérrez

Este 1 de mayo, nos jugamos nuestros derechos ya conseguidos

Luis Miguel Gutiérrez (UGT) en la última manifestación del 1 de mayo
Luis Miguel Gutiérrez (UGT) en la última manifestación del 1 de mayo / GP Media

Granada/Todos los años, cuando llega el primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, uno se pone a pensar en el significado de mismo, en los Mártires de Chicago, en el Congreso obrero socialista de la II Internacional donde se proclamó como tal, y en la larga lucha de los trabajadores del mundo para conseguir sus derechos, y en la reflexión uno llega a la conclusión de que este es un año en que las reivindicaciones, como en el pasado, son más globales e ideológicas, y es que la políticas arancelarias de Donald Trump, no son solo económicas, llevan aparejadas políticas que cuestionan nuestros sistemas de protección, la salud, la educación, las pensiones o la dependencia.

Pretenden crear un caos, con la inestimable ayuda en ocasiones de las redes sociales, y de esta manera modificar la visión que tienen los ciudadanos y ciudadanas -que por cierto dejarían de serlo- sobre sus derechos, y sus libertades, que desaparecerían.

Europa tiene que reaccionar y defender con políticas estratégicas los derechos que proporciona el Estado de bienestar, en el que lo más importante son las personas. De hecho, ya se están anunciando concentraciones de ciudadanos en distintas ciudades europeas en defensa de los principios de la Unión Europea

Sin esta situación internacional este primero de mayo la reivindicación estrella de este año sería la que es lo que ya pide la mayoría social de nuestra sociedad, que es la reducción de la jornada, anteproyecto de ley que guardado en un cajón está esperando que el gobierno de la nación lo lleve al Congreso de los Diputados y sea por fin aprobado. Es una medida más que necesaria tras cuarenta años de espera y necesita "del compromiso" de todos los partidos políticos, que independientemente del color, tienen que tratarla con el respeto que merece una medida que beneficiaría a todos y todas los trabajadores y las trabajadoras y que no perjudica a la producción.

Después de que el Comité Europeo de derechos sociales fallara a favor de UGT en el sentido de que el coste del despido improcedente en España no es suficientemente disuasorio, se ha creado una situación de inseguridad jurídica, por lo que es necesario convocar una mesa de diálogo social para este tema y adaptar la normativa española a lo que dicta la carta social europea. Una de dos o se adecua la normativa o son los tribunales los que se pronuncien a través de sentencias, sin acuerdo el gobierno tendría que legislar.

Los beneficios empresariales han crecido de manera importante durante estos últimos años y, sin embargo, no lo han hecho en proporción los salarios de los trabajadores, esto no es un mantra, es la pura realidad, a pesar de las subidas del salario mínimo y del V Acuerdo de Empleo y Negociación Colectiva. En el último año, en Granada, subidas de salario e inflación fueros prácticamente iguales, por lo que los trabajadores no han recuperado parte del poder adquisitivo perdido en los años anteriores con la crisis inflacionista creada por la guerra de Ucrania. No hay por, por tanto, justificación para no subir los salarios.

Hay razones, por lo tanto, si eres trabajador o trabajadora para acudir a la manifestación del primero de mayo porque nos jugamos mucho, para ayudarle a entender a la extrema derecha, que no nos vamos a dejar arrebatar nuestros derechos fundamentales como ciudadanos, que vamos a defender la democracia, el estado de derecho y el respeto a la diversidad. Para seguir progresando en nuestro país, en la reducción de la jornada, en los salarios adecuados, en el reparto de la riqueza, en la vivienda adecuada, la seguridad en el empleo, buscando siempre la justicia social. Y además exigiremos el fin del genocidio permanente en Gaza y la guerra en Ucrania, siempre con los trabajadores de estos países.

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