La tribuna
Las dos claves de los mensajes
GRANADA/El 1º de Mayo no es solo un día festivo marcado en rojo en el calendario; es una jornada de lucha, memoria y reivindicación. En un contexto global sacudido por el auge de conflictos bélicos, tensiones comerciales y discursos de odio, es más necesario que nunca defender los principios que cimentaron Europa: libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho, y fomento de la paz y la estabilidad. Granada, aspirante a ser Ciudad Europea de la Cultura en 2031, tiene la responsabilidad de alzar la voz por estos valores y proteger a las personas más vulnerables de la sociedad: personas trabajadoras, migrantes, mujeres, que son el blanco de las políticas impulsadas por sectores de la ultraderecha.
Tras décadas de avances sociales, hoy enfrentamos amenazas que parecían superadas. Guerras como la de Ucrania o el genocidio en Gaza, sumadas a una escalada de sanciones económicas, reflejan un mundo cada vez más fracturado. Frente a esto, Europa debe reafirmarse como un espacio de diálogo, cooperación y justicia social. La paz no es solo la ausencia de guerra; es también garantizar condiciones dignas para todas las personas, evitando que las desigualdades alimenten tensiones.
Sin embargo, partidos de ultraderecha, en varios países europeos promueven discursos xenófobos, recortes en derechos laborales y un modelo excluyente. Frente a su retórica divisoria, la clase trabajadora debe alzar la voz para defender un modelo social europeo basado en el bienestar colectivo.
Como candidata a Ciudad Europea de la Cultura 2031, Granada encarna la diversidad y la creatividad. Pero una ciudad no es solo su patrimonio; son también sus vecinos y vecinas. Los y las trabajadores del turismo, la educación, la dependencia, la sanidad o la limpieza son el alma de esta ciudad, y su dignidad debe ser prioritaria. Su bienestar es el verdadero rostro de una ciudad justa
En los últimos años, la precarización laboral y la subida de precios están golpeando especialmente a los más vulnerables. El 1º de Mayo es una oportunidad para exigir salarios dignos, políticas públicas que combatan la desigualdad y garanticen vivienda. En definitiva bienestar social.
Granada no puede aspirar a ser referente cultural mientras miles de personas luchan por llegar a fin de mes. La cultura debe ir de la mano de la justicia social.
Este 1º de Mayo, más que nunca, debemos defender la Europa social frente al autoritarismo, la explotación y los recortes, la respuesta solo puede ser más democracia, más derechos y más solidaridad. La paz no se construye con armas, sino con empleos estables, educación pública y sanidad universal. Granada, como símbolo de encuentro entre culturas, debe liderar este mensaje: solo una sociedad que cuida a sus personas trabajadoras puede considerarse verdaderamente justa y humana.
En un mundo que se vuelve más hostil, nuestra respuesta debe ser más democracia, más derechos y más solidaridad. Porque, como dijo el poeta Federico García Lorca: "No solo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro". Europa debe garantizar ambos.
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