Félix Fernández Castaño | Elena Ávila Notario · José Rubén Puga Lorenzo

Semana Santa frente a la respuesta a una pandemia

Ciencia Abierta

El virus no entiende de territorios, creencias o ideologías, solo unidos saldremos adelante

Iglesia Parroquial del Santísimo Corpus Christi, en el Zaidín, donde comienza el Lunes Santo granadino
Iglesia Parroquial del Santísimo Corpus Christi, en el Zaidín, donde comienza el Lunes Santo granadino / Jesús Jiménez

06 de abril 2020 - 22:45

Granada/CUANDO Félix nos encomendó realizar este artículo no nos imaginábamos ni en el peor de los casos, encontrarnos escribiéndolo desde un confinamiento domiciliario. Inicialmente este artículo de Ciencia Abierta consistía en una crítica sobre la influencia del Marketing en Semana Santa. Pero la situación merece que analicemos otros aspectos relevantes que suceden actualmente.

Como técnicos en marketing no podemos obviar aspectos de nuestra rama que obtienen gran relevancia en esta situación, concretamente el comportamiento del consumidor y en general el de la sociedad, junto a la comunicación que se está realizando sobre esta pandemia.

Para comenzar, queremos comparar los métodos de actuación que han tenido culturas tan distintas como son la china y la española. La población sigue enfermando por culpa del virus, propagándose mucho más rápido de lo que ningún especialista vaticinaba. Llevamos al día de la redacción de este artículo solo en España más de 130.759 infectados, de los cuales han fallecido 12.418 personas, y que, por suerte, más de 38.080 personas han superado la enfermedad y posiblemente sea un número más elevado en el momento en el que leas estas líneas. Ni el gobierno ni nosotros mismos sabemos que nos deparará el futuro.

Para entender mejor este fenómeno sociológico, debemos hacer mención al psicólogo social Geert Hofstede, que con su teoría de las dimensiones sociales, busca justificar que hay agrupamientos culturales a nivel regional y nacional que afectan al comportamiento de las sociedades y organizaciones en su conjunto. Nos vamos a centrar en una de ellas, la contraposición del individualismo-colectivismo, que consiste en la diferencia de culturas donde se posiciona el beneficio propio en primer lugar y en segunda instancia el grupo al que pertenece, o por el contrario, culturas donde se aporta más importancia a la lealtad y sumisión al grupo, estando en el segundo plano el beneficio personal.

Puerta de una parroquia cerrada ayer
Puerta de una parroquia cerrada ayer / Jesús Jiménez

España se caracteriza por tener una cultura individualista respecto a la cultura china, siendo esta segunda colectivista debido a sus acontecimientos culturales y políticos. Hecho que se ha reflejado en el modo de actuación de los distintos países, aunque en ambos casos se puede considerar tardía. La ciudadanía ha actuado de distinta manera en China ya que la cuarentena se ha respetado mucho más por parte de la población, probablemente por sus políticas más estrictas. En cambio, en España aun presenciando los acontecimientos del país asiático y de nuestros vecinos italianos, ha tenido una respuesta tardía en base a una creencia que se pronosticaba de menor impacto, y por ello tanto nosotros como otros países occidentales hemos tenido el mismo error.

Los líderes políticos españoles, referencia de estabilidad del país, por su parte, y dada la situación que se pronosticaba cada vez más cambiante, intentaron transmitir un mensaje de calma a la población para no entrar en pánico, reafirmando el sentimiento de tranquilidad entre la sociedad para que esta no tuviera el impulso de arrasar con supermercados y bancos. Los propios líderes temen a esa respuesta cultural individualista, demostrando la conducta del beneficio propio de la sociedad.

Balcón decorado con los emblemas de una cofradía en Granada
Balcón decorado con los emblemas de una cofradía en Granada / Jesús Jiménez

Retomando el que era tema principal de este artículo, la Semana Santa, se ha podido apreciar también el individualismo de la sociedad española ya que se ha antepuesto tradición y creencia por encima del bien común, aún teniendo datos de la primera muerte por contagio del virus el 13 de febrero y confirmada el 3 de marzo. A lo que se le suma los intereses económicos, que sin ir más lejos la celebración de esta festividad en Sevilla iba a dar a la ciudad más de 400 millones de euros, mostrando el gran impacto que presenta en la economía de la capital andaluza. Haciéndose el hedonismo occidental más presente en esta crisis sanitaria, al querer mantener los beneficios económicos y culturales que trae consigo este evento, por encima del bien sanitario común.

Tras todo lo que llevamos de cuarentena y los antecedentes que hemos mencionado, estamos empezando a aprender de lo vivido, y estamos teniendo una respuesta mucho más acertada por todos los entes. Por parte del Gobierno de España se ha actuado de manera conjunta y coordinada, aunando esfuerzos políticos de todas las ideologías y partidos que nada tenían en común; tal y como dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: "El virus no entiende de territorios ni ideologías, solo unidos saldremos adelante", intentando explicar que el Covid-19 afecta a toda la población de la misma forma y ahora más que nunca la ciudadanía tiene que permanecer unida y frenar la aceleración de contagios tanto en nuestro país, como en el mundo para evitar consecuencias peores.

Hospital del PTS recibiendo una ambulancia
Hospital del PTS recibiendo una ambulancia / Jesús Jiménez

Este aprendizaje está demostrando que aunque la teoría de este gran psicólogo es acertada respecto al comportamiento de la sociedad, España está demostrando su responsabilidad aceptando el confinamiento recomendado y aplaudiendo cada noche a todos los valientes sanitarios, fuerzas del Estado y todos aquellos implicados en evitar una catástrofe mayor.

Estamos ante una respuesta unánime contra una amenaza a la humanidad, que como siempre está afectando principalmente a los grupos sociales más vulnerables, esto debería hacernos reflexionar que, en nuestras vidas hemos interiorizado pautas de relación y comportamiento que ahora requieren un des-aprendizaje, para incorporar otras que nos vinculen con la propia interioridad, no impuestas sino adquiridas por convicción, por creencia personal, porque sin esta convicción no nos podemos comprometer, personas que creen en la persona y defienden otros valores como el diálogo, la alegría por el bien de los otros, la compasión, la solidaridad y el amor.

No, no es solo el espíritu cristiano de la Semana Santa el que nos mueve a invocar estos deseos y la solidaridad con el otro, con el diferente, con el desconocido. Si no que es nuestra propia humanidad la que nos tiene que hacer estar a la altura de las circunstancias. Por ello queremos aprovechar este artículo para dar las gracias a todas las personas que están luchando por salir de esta pandemia, médicos, enfermeros, policías, hasta tú que estas respetando la cuarentena. Gracias a todos, gracias a ti.

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