Manuel Alejandro Cardenete Flores

Exigencias ciudadanas

La tribuna

7630019 2024-07-09
Exigencias ciudadanas

09 de julio 2024 - 03:09

La Cámara de Cuentas de Andalucía se define en el Estatuto de Autonomía como “el órgano de control externo de la actividad económica y presupuestaria de la Junta de Andalucía, de los entes locales y del resto del sector público de Andalucía”. Nuestra institución tiene como fines principales garantizar la integridad de la información financiera de las entidades públicas y emitir una opinión sobre la racionalidad en la gestión de estos recursos.

Los ciudadanos exigen, cada día con mayor insistencia, que la administración pública sea lo más eficaz y eficiente posible. Transparencia y control son instrumentos muy precisos para medir el grado de implantación de estos conceptos. Se hace necesario que las instituciones públicas justifiquen sus acciones en un recordatorio constante de que los fondos públicos son propiedad de los ciudadanos y que deben ser gestionados buscando su máximo beneficio.

Pero es importante matizar que la Cámara de Cuentas no debe limitarse a señalar errores o deficiencias, debemos ser capaces de aportar recomendaciones que sirvan para mejorar el sector público. Para ello, es fundamental cumplir con dos premisas: conocer cómo evoluciona la administración pública y mantener un diálogo eficiente con la misma.

Las Instituciones de Control Externo poseemos un profundo conocimiento de la realidad de la gestión pública, derivado de nuestra extensa labor de fiscalización. Este trabajo nos permite acumular un saber y una experiencia que tenemos el deber de transmitir a los responsables de la administración. Nos corresponde impulsar procesos para la mejora de la organización y gestión públicas, así como aflorar y erradicar la inadecuada utilización de los fondos públicos.

Es impensable plantearse una situación en la que no existan controles, porque se multiplicarían exponencialmente los riesgos de incumplimiento de las normas presupuestarias y se abrirían las posibilidades a una gestión ineficiente y antieconómica del sector público. Sin embargo, la Cámara no debe ser temida, pero sí respetada por sus aportaciones y por sus recomendaciones. Debemos ser capaces de transmitir la idea de que el control de la gestión no se identifique como una forma de mera rendición de cuentas o de cumplimiento normativo.

Es cierto que carecemos de capacidad sancionadora, por lo que la fuerza de la institución se centra en la calidad y en las ideas que aporten nuestros trabajos de fiscalización. La solidez de la Cámara de Cuentas se basa en tres pilares: el personal, el conocimiento adquirido y el respeto y reconocimiento hacia la institución. El personal de la Cámara cuenta con una gran experiencia y dedicación, trabajando con absoluta independencia. El conocimiento adquirido es extenso y de elevado nivel, como demuestran los informes de auditoría elaborados en los últimos 35 años. Por último, la Cámara ha alcanzado un considerable prestigio en su ámbito de actuación, siendo pionera en varios proyectos relacionados con su ámbito de actuación.

En la actualidad estamos transitando hacia un modelo de auditoría digital, lo que implica un proceso de transformación interna sobre nuestros métodos y procesos de trabajo. En este sentido, constituyen un papel relevante la administración electrónica, la nube, el big data, el análisis de datos, la ciberseguridad y la inteligencia artificial. La automatización y eficiencia de los procesos y el análisis de datos está desplazando los tiempos que se dedican a la realización de las pruebas y procedimientos que descienden frente a la planificación y realización de los informes.

Pero no debemos olvidar que los órganos de control también formamos parte de la propia organización institucional y nuestro comportamiento debe servir de guía y ejemplo para las organizaciones que supervisamos. Se nos debe exigir una gestión regida por parámetros de calidad, de organización, de planificación, de decisión, de capacidad de análisis y síntesis, de generación y comunicación de ideas propias.

También debemos fomentar una relación de apertura y transparencia informativa con los medios de comunicación, que constituyen el camino más directo y eficaz para llegar al grueso de la opinión pública. El fortalecimiento de la proyección pública de la Cámara pasa, necesariamente, por el prestigio y la imagen que los medios de comunicación transmitan a la sociedad.

El control externo actúa como catalizador para que las instituciones públicas se rijan por principios de transparencia y eficacia. La Cámara de Cuentas identifica áreas de mejora, corrige posibles desviaciones, fortalece la rendición de cuentas y propone alternativas que contribuyen a la mejora de la gestión pública. Su objetivo final es fortalecer la confianza de los ciudadanos en la administración pública, garantizando que su labor sea percibida como un instrumento para el progreso y el interés general.

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