A-CURRUCA-dos
La currucas pertenecen a la familia de los sílvidos que agrupa además a otras especies como carriceros, zarceros, reyezuelos y mosquiteros. Se han citado hasta 8 especies en Sierra Nevada
T ODOS los representantes de la familia de los sílvidos tienen en común su alimentación, el pequeño tamaño y sus plumajes con colores discretos, salvo alguna combinación cromática cefálica en currucas y reyezuelos. Muchas especies son migradoras y emiten cantos elaborados en época de celo, subcantos invernales y un amplio elenco de reclamos. Salvo las currucas que presentan diferencias a veces apreciables no hay dimorfismo sexual.
CURRUCAS
Son aves propias de terrenos arbolados, áreas cubiertas de arbustos o sotobosques. Combinan los colores pardos, grises o blancuzcos y tienen dimorfismo sexual en el plumaje. Salvo en época de cría, todas las especies son muy huidizas y se detectan más fácilmente por sus variados cantos, de aflautados a ásperos, y sus castañeantes y rápidos reclamos de contacto o alarma, muy similares entre sí. Todas las especies son eminentemente insectívoras pudiendo completar su dieta con bayas y otros frutos silvestres carnosos, sobre todo en la época previa o durante sus desplazamientos migratorios. Salvo una especie con presencia en las Islas Baleares, todas las currucas de la península están representadas en Sierra Nevada.
Curruca Rabilarga (Sylvia undata). Curruca de plumaje oscuro con alas cortas y cola larga que suele explorar zonas arbustivas, moviéndose con soltura y oteando con frecuencia desde las partes altas de los mismos. Ampliamente extendida por Sierra Nevada, siendo común en los terrenos cubiertos de arbustos, desde espartales, aulagares y jarales a piornales hasta los 2.000 m, aunque puede superar algo esta altitud. Sierra Nevada es el techo altitudinal continental para la especie.
Ave nidificante local común muy fiel a sus territorios de cría. En invierno se detecta una cierta trashumancia altitudinal que la lleva a zonas bajas o áridas, regresando en primavera a su zona de nidificación.
Curruca tomillera (Sylvia conspicillata). Cabeza gris pizarra, alas pardo rojizas, flancos rosáceos, anillo ocular blanco y ojos rojos definen el plumaje de los machos de la especie. Especie termófila que prefiere tomillares, espartales y otros matorrales del piedemonte nevadense, pero que también asciende en altitud, llegando a piornales en torno a 2.000 m. Las currucas tomilleras que habitan bajo el Collado de las Sabinas son los máximos registros en altitud continental para la especie.
Ave reproductora poco común que se instala en el territorio de marzo a octubre, realizando una migración aparentemente de corta distancia al norte de África.
Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans). Otra de nuestras currucas más pequeñas, fácilmente identificable por su cola larga y el plumaje característico de los machos, con zonas dorsales cenicientas, separadas de la garganta, pecho y flancos rojizos por una prominente bigotera blanca. En Sierra Nevada asciende hasta los 2.050 m. Puede llegar a ser un ave común en el encinar mesomediterráneo. Es muy escasa en formaciones arbóreas de coníferas.
Ave reproductora común que puede observarse en Sierra Nevada de abril a septiembre, migrando entonces al sur del Sáhara para pasar el invierno.
Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala). Es la curruca más ampliamente extendida por las zonas perimetrales cálidas del Mediterráneo y norte de África, siendo también la más fácilmente detectable en Sierra Nevada, tanto por su ubicuidad como por su reclamo áspero machacón que emite a gran velocidad cuando está alarmada. Combinación de plumaje con cabeza negra, ojos rojos, partes superiores gris oscuro e inferiores blancas. En Sierra Nevada es muy común en los pisos termo y mesomediterráneo, va rarificándose en el piso supramediterráneo hasta llegar a los 2.100 m en bordes de pinares de repoblaciones. Sólo está ausente en las zonas de cumbres donde la vegetación se hace escasa.
Ave nidificante local común que presenta un cierto movimiento de dispersión post-juvenil errático y nomadeo altitudinal dependiendo de las condiciones meteorológicas.
Curruca mirlona (Sylvia hortensis). La curruca mirlona tiene un canto melodioso que se asemeja al del mirlo. Curruca de plumaje similar a la cabecinegra, algo más esbelta, pico robusto y con un ojo distintivo de color amarillo. Es un sílvido eminentemente forestal que selecciona formaciones arboladas con pies de buen porte o matorrales muy grandes. Aparece con más frecuencia en encinares maduros. Limitada su distribución a la orla mediterránea cálida, se localiza dispersa en Sierra Nevada, en ambas vertientes, siguiendo sus requerimientos de hábitat, especialmente por debajo de los 1.500 m, siendo más frecuente en torno a los 800-1.200 m de altitud.
Ave reproductora escasa y poco común que llega a Sierra Nevada hacia el mes de mayo, abandonando el territorio a comienzos de septiembre.
Curruca zarcera (Sylvia communis). Su plumaje es similar al de la tomillera pero de tamaño mayor, es una de las currucas más ampliamente extendidas de la región paleártica y la que asciende a mayor altitud en el macizo nevadense. Salvo en época de migración, no suele hallarse por debajo de los 1.500 m de altitud, remontando las laderas de Sierra Nevada hasta los 2.500 m donde ocupa el hábitat de los pisos supra y oromediterráneo cubiertos por matorral de sabinas y enebros rastreros con pies dispersos de agracejo y espino negro, así como bordes de bosques y vaguadas.
Ave reproductora poco común que puede observarse en Sierra Nevada desde el mes de abril a finales de agosto, con individuos que transitan por el territorio hasta bien entrado el mes de octubre.
Curruca mosquitera(Sylvia borin). Curruca rechoncha sin marcas distintivas y con un plumaje uniforme de tonos grises y pardos, con un fino anillo ocular blanquecino y zonas ventrales algo más claras. Especie eurosiberiana que puede encontrarse durante el paso migratorio en cualquier ambiente boscoso, huertas con frondosas o al amparo de vaguadas frescas y formaciones riparias ligadas a los cursos de agua, sin desdeñar zonas de matorral alto siempre que haya árboles de buen porte, incluidas coníferas, en las cercanías. No asciende por encima del límite del arbolado en el macizo nevadense.
Ave estrictamente migratoria en nuestro territorio, que sólo puede observarse durante los meses de abril y mayo en el período pre-nupcial y en agosto y septiembre en el paso postnupcial, cuando acude a dormir a carrizales junto a otras especies de currucas en paso.
Curruca capirotada (Sylvia atricapilla). Es la curruca forestal más común y extendida en el Paleártico, que en Sierra Nevada está ligada a las formaciones arbóreas montanas de cualquier naturaleza, siempre que mantengan un cierto carácter fresco o enclaves húmedos cercanos. Así, ocupan sotos en vaguadas, bordes de arroyos, márgenes de acequias, ríos, huertas arboladas, bosques de frondosas y forestas poco densas de coníferas, junto a umbrías arboladas de cualquier género. Puede penetrar hasta los 2.200 m de altitud, lo que parece constituir su máxima altitud peninsular. Falta de las zonas áridas o sin cobertura arbórea, aunque en invierno se distribuye por parques y jardines de las poblaciones serranas.
Ave con una población nidificante local abundante que presenta un cierto nomadeo altitudinal en invierno hacia cotas más bajas. A esta población se le incorpora un importante número de aves invernantes extranevadenses que permanecen aquí desde la última semana de septiembre hasta el mes de marzo.
importante papel ecológico. Como aves insectívoras regulan y controlan las poblaciones de invertebrados que pueden causar daños a la vegetación natural y/o a los cultivos. Como frugívoras, tienen un papel importante en la dispersión de las semillas de muchas plantas.
Currucas y cambio climático
Las currucas de carácter más sedentario, las más 'mediterráneas' parece que tienen un futuro más halagüeño que las especies migratorias. Por ejemplo la cabecinegra lleva unas cuantas décadas expandiéndose por España y ascendiendo en altitud en Sierra Nevada. Las predicciones del cambio climático pueden facilitarle aún más su camino hacia el norte. Las currucas más "europeas", sin embargo, pueden salir desfavorecidas de estas alteraciones climáticas. Algunas migrantes de largas distancias, van a sufrir desajustes con los cambios de sus ecosistemas. Especies como la curruca zarcera o la mosquitera tendrán problemas si no son capaces de adaptarse a las nuevas condiciones, o de competir con otras especies, "desplazadas" por el calentamiento global. Es el caso de la curruca zarcera que está siendo sustituida por su 'prima' la tomillera, más termófila, en el matorral de alta montaña.
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