Decenas de autocaravanas cierran el paso a la guardería

Los vehículos ocupan el espacio para coches y bus escolar

La guardería infantil Virgen del Mar se encuentra en la calle Bazán de Calahonda.
Rosa Fernández / Calahonda

14 de diciembre 2010 - 05:01

La guardería de Calahonda vivió ayer una rocambolesca situación ya que los padres que llevaron a sus niños a la guardería se encontraron con que no podían aparcar ni apostarse a un lado porque decenas de autocaravanas ocupaban la zona destinada a los vehículos. Hasta el autobús escolar tuvo problemas para poder parar y dejar a los menores en su destino.

La guardería infantil Virgen del Mar de Calahonda, situada en la calle Álvaro de Bazán, fue la perjudicada por una práctica que ya viene siendo denunciada durante años por los dueños de campings y asociaciones vecinales.

Las autocaravanas tienen derecho a circular y estacionar donde lo haga cualquier tipo turismo, según la Ley. Sin embargo, son muchos los autocaravanistas que interpretan libremente el término 'estacionar' y acaban acampando: Bajan los toldos, sacan las patas del vehículo, las mesas plegables y ocupan espacio público, impunemente.

Según el presidente de la ELA de Calahonda, Manuel Estévez, éste es uno más de los problemas de depender de Motril, puesto que ven cómo pasa la Policía Local al lado de las autocaravanas y miran para otro lado. "Hasta que no tengamos nosotros nuestros propios agentes, ésta seguirá siendo una ciudad sin ley", comenta.

Pese a que las autocaravanas tienen prohibido aparcar en estos lugares por una ordenanza local del Ayuntamiento de Motril -término municipal al que pertenece el anejo caleño- y el Consistorio de Salobreña, no hay más que darse una vuelta por esta zona de la Costa para contarlas por cientos.

En concreto, es fácil verlas en los TH1 y TH2 salobreñeros, Playa Granada, Poniente, Carchuna, Calahonda, en zonas de aparcamientos. En las playas está prohibido acampar en cualquier lugar, aunque no lo diga una norma local.

Proliferan como las setas en esta época del año en busca de destinos más cálidos, mientras que la ola de frío polar azota Europa. Y qué mejor que la Costa Tropical, a un coste muy reducido, por lo menos más barato que los que se gastan unos euros en un camping, y con una serie de servicios todo el año. Ahora suelen venir jubilados extranjeros, principalmente holandeses, alemanes y nórdicos.

Aparte de la competencia desleal que aseguran que ejercen, empresarios y vecinos se quejan de los problemas de insalubridad y mala imagen que causan, ya que se pueden ver algunos con los tubos de desagüe 'flotando' sobre la arena y los restos de basura que dejan abandonados antes de arrancar su motor y cambiar su rumbo hacia otro lugar de vacaciones.

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