Descubren cómo obtenían recursos animales los homínidos en el yacimiento orcense de Fuente Nueva 3
Investigación
Los homínidos de Orce competían con las hienas gigantes por la carne y el tuétano de las presas cazadas por los félidos con dientes de sable
El yacimiento orcense de Fuente Nueva 3, concretamente en la Depresión de Guadix-Baza, con una edad aproximada de 1,4 millones de años, conserva evidencias sobre cómo obtenían recursos animales los primeros homínidos que se dispersaron por Europa occidental, confirman los últimos estudios acerca de este tema.
En 2019 se publicó un trabajo donde se defendía que estos "europeos arcaicos" obtenían grandes cantidades de carne y tuétano de los cadáveres de las presas abandonadas, en su mayor parte, por los félidos con dientes de sable, los principales depredadores en estas comunidades del Pleistoceno inferior.
Sin embargo, un estudio publicado en 2021, liderado por investigadores de la Universidad de Granada y de la Complutense de Madrid, planteó que estas poblaciones podrían haber tenido acceso a cadáveres completos, quizás obtenidos por los propios homínidos actuando como cazadores, algo difícil de entender dada la evidente inoperancia de sus herramientas líticas para la caza.
Ahora bien, tal y como afirmaban los propios autores de ese trabajo, sus datos no eran en absoluto concluyentes. De hecho, el estudio actual ha mostrado errores de interpretación en la publicación previa de los investigadores granadinos, pues los datos publicados sobre marcas de dientes de carnívoros en contextos actuales de comparación no concuerdan con los mostrados en sus gráficas, lo que invalida sus conclusiones, explican fuentes oficiales.
Una de las novedades del nuevo análisis, recién publicado en la prestigiosa revista Archaeological and Anthropological Sciences, del grupo editorial Springer Nature, es que en él se han evaluado los patrones de conservación de los huesos fósiles de Fuente Nueva 3 y sus resultados indican que la explotación del tuétano por parte de los homínidos era una actividad habitual en el yacimiento, tras fracturar los huesos usando grandes rocas.
Estos nuevos datos muestran la mayor capacidad destructiva de los homínidos en comparación con las hienas gigantes de cara corta (Pachycrocuta brevirostris). La razón estriba en que las hienas podrían dañarse sus piezas dentales para tener acceso al tuétano, cosa que no les ocurría a los humanos gracias al uso de bloques de piedra para fracturar.
El estudio incluye, además, un análisis del modo en el que consumían sus presas los félidos con dientes de sable, concluyendo que debido a su dentición muy especializada tendrían menos capacidad de aprovechar los cadáveres que los félidos actuales, como leones y leopardos.
Esta limitación de los grandes depredadores del pasado a la hora de alimentarse proporcionó a los homínidos la oportunidad de acceder a cantidades considerables de carne y tuétano antes de la llegada de las hienas carroñeras.
Por último, el análisis de la disponibilidad de recursos cárnicos y de la competencia por ellos entre los distintos carnívoros presentes en Fuente Nueva 3 apoya que el acceso a los restos de presas abandonadas por los félidos con dientes de sable contribuyó notablemente a la alimentación de las poblaciones humanas que habitaron la Depresión de Guadix-Baza durante el Pleistoceno inferior.
El estudio ha sido realizado por diversos investigadores de las áreas de Paleontología y Estratigrafía de la Universidad de Málaga, del departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la Universidad Complutense (Madrid), y del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Tarragona).
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