Investigadores certifican la llegada de la peligrosa alga asiática a la Costa de Granada

Especies invasoras en Granada

Ya ha infestado los litorales de Ceuta y Cádiz y se teme por su expansión hacia el Mediterráneo

Pedro Sánchez, director del Aula del Mar, en las instalaciones de la Facultad de Ciencias.
Pedro Sánchez, director del Aula del Mar, en las instalaciones de la Facultad de Ciencias. / Álex Cámara

Investigadores de la Universidad de Granada y la de Málaga han constatado la presencia de la temida alga asiática (rugulopteris okamurae) en las costas de Granada. Así lo asegura el catedrático Pedro Sánchez, director del Aula del Mar, integrado dentro del Campus de Excelencia CEI Mar. Sánchez explica que el alga fue detectada a finales de 2019 y ahora es el momento de gestionar la situación para evitar que se propague. Allí donde se ha extendido, el alga asiática ha generado importantes problemas. Por un lado, esquilma poblaciones de interés comercial y por otro también genera pérdidas en el sector pesquero al enredarse en las artes. “A día de hoy no hay solución y ya está en Granada y Almería”.

Estrella de mar en la instalación de la Facultad de Ciencias.
Estrella de mar en la instalación de la Facultad de Ciencias. / Álex Cámara

El alga llegó a Ceuta en 2014. En 2017 ya había cruzado el Estrecho. Las playas de estos enclaves se han visto “colapsadas”. “Llega por el deterioro de nuestro litoral”, explica el investigador sobre la presencia de esta especie. Las aguas están muy cargadas de nutrientes a causa de la deficiente depuración de las aguas residuales. También influye la disminución de la biodiversidad. “Ahí donde quedan espacios vacíos” llega el alga para colonizarlos. Otra razón que explica este problema es el uso excesivo de las artes de arrastre y la construcción de infraestructuras portuarias que han interferido e la calidad del litoral, enumera Sánchez, que suma, además, el aumento de la temperatura del mar.

El alga asiática ha conseguido alcanzar las costas de Granada por dos vías: las aguas de lastre –que sueltan los barcos en los atraques para cargar mercancías–, “que aunque están reguladas en ningún caso se lleva a cabo ningún control”, y la introducción de especies de acuicultura. En las superficies de algunas de estas especies (almejas, ostras) viajan las ‘esporas’ de las algas.

El Aula del Mar se ofrece como dique de contención para evitar que esta especie invasora se extienda. Así, Sánchez explica que han presentado tres proyectos para investigar la especie y así conocer cómo erradicarla. “Para acabar con el enemigo es fundamental conocerlo”, sentencia el catedrático, que lamenta que ninguno de los proyectos presentados para estudiar a la rugulopteris okamurae haya obtenido financiación por parte de la Junta.

Tomate de mar y ortiguillas.
Tomate de mar y ortiguillas. / Álex Cámara

Una de las tareas del Aula del Mar es precisamente la investigación. Las otras dos patas que sustentan al proyecto –que tiene sede en la Facultad de Ciencias y en el puerto de Motril– son la divulgación y la transferencia en un terreno, el mar, que la Universidad de Granada prácticamente no ha hollado. “Hay excepciones, como Amelina Ocaña, pero casi nadie se ha dedicado al estudio del medio marino”, zanja Sánchez, que reclama la necesidad de avanzar en el terreno de la investigación básica para, por ejemplo, atajar problemas como el que ahora plantea el alga asiática. “El problema que tienen las especies invasoras se une a la falta del conocimiento del medio marino”. ¿Soluciones? “Hay que ser muy cautos, porque soluciones rápidas pueden resultar contraproducentes”.

El proyecto Ilíberis unirá al Aula del Mar con el CEI Biotic para estudiar la relación entre la salud y el mar

Seis acuarios acaparan toda la atención. Dentro, peces, camarones, algas, estrellas de mar. Son el resumen de los principales ecosistemas del litoral. También son el eje de investigaciones como el que analiza las bacterias asociadas al pepino de mar y que estudia sus efectos sobre otros organismos. Se busca así productos bioactivos. “La botica del mar”, resume el catedrático del Departamento de Botánica Pedro Sánchez, director del Aula del Mar.

El proyecto ofrece colaboraciones con empresas de la Costa que carecen de infraestructura para desarrollar I+D. La transferencia, indica Sánchez, es uno de los objetivos de la iniciativa, que también trabaja en la divulgación del medio marino y en la ciencia. “Queremos potenciar la investigación pura”, añade el catedrático, que indica que el Aula del Mar es “la primera vez” que existe “un proyecto serio” para que la Universidad de Granada se instale en la Costa. En este objetivo ha tenido como aliado al puerto de Motril, tanto con la dirección de Francisco Álvarez de la Chica, anterior responsable de la autoridad portuaria, como de José García Fuentes, actualmente en el cargo.

Por otro lado, uno de los objetivos del plan director de la Universidad para este 2020 es “coordinar actividades de investigación y de transferencia entre los Campus de Excelencia Internacional de la UGR”, esto es, el CEI Mar y el CEI Biotic. Se alumbrará dentro de esta tarea de coordinación el proyecto Ilíberis, que tiene como objetivo el desarrollo de un laboratorio de riesgos marinos, avanza Sánchez. Se abordarán aspectos ligados con la salud humana y el mar. “Desde qué ocurre a un buzo cuando se sumerge a las intoxicaciones cuando se consumen organismos marinos”, detalla el investigador. Este proyecto “será la traslación del campus del PTS a la Costa de Granada”.

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