Moscas muy 'avispadas'

Sierra Nevada - Paraíso de biodiversidad

Dos grupos de insectos, estrechamente emparentados con las moscas, aparentan ser avispas o abejas para confundir a sus posibles depredadores. Son sírfidos y bombílidos

Moscas muy 'avispadas'
Foto de sírfido tipo. Los sírfidos son conocidos como moscas de las flores y se mimetizan con avispas o abejas / Adriá Miralles
Ignacio Henares

18 de marzo 2017 - 00:00

Los dípteros son un grupo de insectos muy amplio que incluye a moscas, mosquitos, típulas, tábanos y otros insectos caracterizados por tener un par de alas membranosas y otro par reducido a una especie de diminutos balancines denominado halterios que les sirven a manera de giróscopos para controlar la dirección durante el vuelo. En este grupo se encuentran también los bombílidos y los sírfidos, dípteros braquíceros, (con antenas cortas), un asombroso caso evolutivo de mimetismo animal.

Sírfidos o 'moscas de las flores'

Los sírfidos constituyen una familia de dípteros braquíceros cuyos adultos liban el néctar, de ahí el nombre de 'moscas de las flores, adoptando el aspecto de himenópteros como las abejas y las avispas, con las que se confunden fácilmente a primera vista. Se les conoce también como moscas cernícalo (en inglés se les denomina hoverflies) por su habilidad para suspenderse inmóviles en el aire, e incluso para avanzar en cualquier dirección sin girar el cuerpo. Algunas especies se asemejan mucho a himenópteros con aguijón por sus colores negros y amarillos, como las avispas, o pardos con bandas anaranjadas, como las abejas. Existen alrededor de 5.400 especies de sírfidos, de las que en España podemos encontrar cerca de 300. En Sierra Nevada se han citado, hasta el momento, unas 40 especies.

Beneficiosos

Además de ser extraordinarios indicadores de la biodiversidad de los ecosistemas, los sírfidos son doblemente beneficiosos. Cuando son larvas, se alimentan de pulgones (en algunos lugares se emplean como control biológico de plagas). Los adultos son polinizadores importantes, ya que se alimentan de néctar y también de polen, especialmente las hembras que necesitan las proteínas del polen para la maduración de los ovarios y la producción de los huevos.

¿Cómo distinguirlos?

Aunque a primera vista el disfraz puede hacer que los sírfidos se confundan con una avispa o abeja, resulta fácil distinguirlos, aparte de por no poseer el temido aguijón. Existen varias características diferenciadoras: En la cabeza: los ojos son 'de mosca', grandes, desproporcionados en relación a la cabeza y las antenas son muy cortas y sin la articulación en dos partes de los himenópteros; además, la boca tiene 'trompa chupadora', como las moscas, y no aparato masticador, como las abejas y avispas.

Etimología

Dípteros: proviene del latín díptera y este a su vez del griego di = dos, doble y pteron = alas

Braquíceros: esta palabra en su etimología está compuesta del griego brachis = breve y keras = cuerno (antena)

Mimetismo: del griego mimetes = imitación

Cripsis: de kryptos que significa ‘lo oculto’

En las alas: como todos los dípteros, tiene únicamente dos alas funcionales operativas (las otras dos están atrofiadas a modo de balancines o timones para el vuelo), a diferencia de los himenópteros que poseen dos pares de alas. En el abdomen: la inmensa mayoría son lampiños, y carecen de la 'típica cintura de avispa', manteniendo un grosor más o menos uniforme en todo el cuerpo. Además los sírfidos se diferencian de cualquier otro díptero en que poseen una vena característica en las alas denominada vena espuria.

Bombílidos o 'moscas abeja'

Estos insectos tienen un aspecto semejante a las abejas (en inglés se denominan beeflies que significa 'mosca abeja'). Los bombílidos son una de las mayores familias de dípteros braquíceros, con más de 5.000 especies en todo el mundo. Pueden encontrarse en todos los continentes excepto en la Antártida, sin embargo, su más alta distribución se produce en ambientes semiáridos y áridos. En Sierra Nevada se conocen 30 especies aunque es probable que la diversidad sea mayor ya que es un grupo insuficientemente estudiado.

La mayoría de las especies de este grupo son corpulentas, velludas y de tamaño mediano, con un vuelo rápido. Las larvas son predadoras de los huevos y larvas de otros insectos, tales como orugas, abejas y escarabajos. Las hembras depositan sus huevos en la proximidad de los nidos de otros insectos, en especial de abejas solitarias. Algunos taxones se han especializado con respecto al hospedador pero otras son oportunistas y parasitan a gran variedad de especies. Los adultos se alimentan de néctar y polen de las flores por lo que aumentan la confusión con su posibles predadores que pueden temer la picadura de una abeja.

Mimetismo y camuflaje: el arte de engañar, estrategias de supervivencia

Muchos insectos han adoptado dos estrategias para la supervivencia: el mimetismo y el camuflaje. El mimetismo es una habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros organismos de su entorno y así obtener alguna ventaja funcional. El objeto del mimetismo es engañar a los sentidos de los otros animales que conviven en el mismo hábitat, induciendo en ellos una determinada conducta. Los casos más conocidos afectan a la percepción visual, como es el caso de las moscas de las flores y moscas abeja, pero también hay ejemplos de mimetismo auditivo, olfativo o táctil. Por otro lado, mediante la técnica del camuflaje o cripsis otros organismos consiguen confundirse con su entorno, (piedras, hojas, suelo…), para pasar desapercibidos, bien para evitar ser capturados o bien para evitar que sus presas los detecten hasta el momento del ataque. Aunque se da en muchos grupos zoológicos, en el amplísimo grupo de los insectos encontramos verdaderos especialistas en este arte de engañar y de camuflarse. El mimetismo es un motor evolutivo, una lucha constante, por un lado, para conseguir pasar desapercibido y confundir al enemigo y por otra, para distinguir la realidad con las apariencias.

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