Nerja se llevó la fama, pero aquí también hubo un Verano Azul
Importantes escenas de la mítica serie televisiva se rodaron en Almuñécar o Motril pero, a diferencia de lo que ocurrió en la ciudad malagueña, no hay nada que lo recuerde

Cuando se cumplen 30 años de la presentación de Verano Azul, los protagonistas de la mítica serie se han reunido en Nerja para conmemorar esta efeméride y constatar la importancia que tres décadas después sigue teniendo esta producción española. Lo que pocos saben es que la Costa Tropical sirvió también de escenario a las aventuras de Tito y Piraña, entre otros, y no de pasada, sino en escenas tan importantes como la cabecera de la serie, la despedida de Julia, o el entierro del mismísimo Chanquete.
La diferencia es que mientras que Nerja ha sabido rentabilizar el tirón televisivo, en el litoral granadino no existe ni una triste placa conmemorativa para que los seguidores de la serie puedan peregrinar.
El rodaje que se inició el martes 21 de agosto de 1979, con una secuencia del capítulo primero en la playa de Burriana, se prolongó hasta principios de diciembre de 1980 y, aunque unir Nerja y Verano Azul es inevitable, lo cierto es que no sólo la localidad malagueña fue su sede.
El equipo dirigido por Antonio Mercero también eligió lugares de la Costa Tropical de Granada. Juanjo Sánchez Vila, auxiliar de producción, recuerda que entre las localizaciones curiosas estaba el cementerio donde en el penúltimo capítulo es enterrado Chanquete. Asimismo, explica que no es un cementerio real, sino uno totalmente ficticio creado para la serie.
La escena no se rodó en Nerja sino en Almuñécar, en concreto, en el Peñón del Santo, entre Cotobro y El Altillo. La única fosa que ha existido allí es la que se excavó para el rodaje, pues es un paraje utilizado por turistas y vecinos como mirador.
"En las lápidas se pusieron nombres de técnicos de la serie y, para dar ejemplo, estaban el del decorador, Antonio G. Sanabria, y el del productor, Eduardo Esquide". Eran pura escenografía de madera imitando piedra y mármol, muy logradas. Lo de poner sus propios nombres, aparte de humor negro, también sirve para evitar poner otros de terceros que puedan reclamar (ellos o sus allegados). "Cuando se rueda en cementerios reales, la primera condición que te ponen para concederte el permiso es que no se identifique ninguna lápida".
Pero no sólo Almuñécar aparece en la serie, sino también el Puerto de Motril, que aparece en varios capítulos, como El encuentro, El ídolo, El visitante o La sonrisa del arcoiris. Incluso al comienzo, en la cabecera, cuando aparecen los niños en bicicleta silbando, mientras se rotulan sus nombres, van recorriendo una de las avenidas de la dársena granadina. Esta escena, en concreto, está rodada frente a la entrada del club náutico, en dirección al espigón del muelle de poniente, con las palmeras de fondo.
Sánchez Vila reconoce las dificultades que hubo en un escenario natural como el puerto. "El mayor problema fue mantenerlo sin un ruido, cosa difícilísima en un zona tan abierta y con tanta maquinaria". No obstante, al no disponer Nerja de puerto fue necesario buscar uno y el elegido fue el de Motril.
Otro de los momentos más emotivos de los veinte capítulos fue la última escena, que narra la emotiva despedida de Julia. Cuando se va en el taxi, lo hace en la Avenida Julio Moreno de El Varadero, de Motril. De hecho, se puede ver al fondo el edificio del actual Centro de Desarrollo Pesquero.
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