El niño Oliver está volando a Barcelona para operarse de un tumor cerebral

En el avión medicalizado solo puede viajar el enfermo y un acompañante, en este caso la madre de Oliver, Lena

Oliver y sus padres
Oliver y sus padres / M.G
Efe

25 de octubre 2022 - 22:53

Oliver, el niño de dos años y medio que tiene un tumor cerebral, está volando en un avión medicalizado desde Cancún (México) hasta Barcelona, donde llegará este miércoles para ser operado por un equipo médico del hospital Sant Joan de Déu. Tras varios aplazamientos, el vuelo, que cuesta cerca de 200.000 euros y que ha pagado un empresario español que prefiere mantener el anonimato, despegó a las 15:00, hora de México, de Cancún, y llegará a Barcelona a la 15:00 de hoy.

En el avión medicalizado solo puede viajar el enfermo y un acompañante, en este caso la madre de Oliver, Lena. Es por ello que el padre, Alejandro Romero, un malagueño que desde hace un año trabaja como instructor de buceo en Playa del Carmen, cogió el lunes un vuelo regular hasta Madrid, adonde ha llegado al mediodía para enlazar con otro avión hasta Barcelona. El tío de Oliver, David Romero, explicó a EFE que, hasta que cogieron el vuelo, el pequeño permaneció en un hotel de Cancún junto a su madre, después de que el lunes la familia intentara volar sin éxito a España en un avión comercial, al que no les dejaron embarcar por el estado de salud del menor y al no disponer de un documento médico que autorizara el vuelo.

El niño pasó bien la noche y estaba tranquilo y contento por haber salido del hospital y poder volar a España, según Romero, que es instructor de buceo en La Herradura (Granada) y que también viajó viajando a Barcelona para reunirse allí con su hermano y recibir a Oliver y su madre. Los padres del crío lo llevaron al hospital el pasado 13 de octubre al notar que le costaba andar, estaba apático, débil y había perdido el apetito. Allí le realizaron varias pruebas que concluyeron que Oliver tenía un tumor cerebral en la fosa posterior y también hidrocefalia, es decir, acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro. El estado de Oliver empeoró notablemente en cuestión de días, hasta el punto que dejó de comer, hablar y caminar, por lo que el pasado miércoles le extrajeron de urgencia el líquido que presionaba su cerebro y le hacía perder funciones cognitivas.

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