Plan antiveneno para salvar a los quebrantahuesos de la sierra de Castril
Entre las provincias de Granada y Jaén se contabilizan un total de 31 ejemplares de esta especie que fue reintegrada en el territorio andaluz a partir del año 2006
Los años ochenta fueron una década nefasta para la especie del quebrantahuesos, que se extinguió en Andalucía por la proliferación de venenos. Con el tiempo, la sensibilización ha sido mayor y se ha conseguido reintegrar a este ave en diferentes comarcas andaluzas, entra las que se encuentran las Sierras de Castril. Para ello ha sido necesario la implantación de un Plan de Erradicación de Venenos, pionero en Europa, que ha frenado la muerte por intoxicación de los quebrantahuesos. De hecho, la delegada territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Inmaculada Oria, destacó ayer que desde su implantación en 2011 no se ha contabilizado ninguna muerte que se deba al envenenamiento.
Los frutos del plan 'antivenenos' han hecho que la comisión técnica se ponga a trabajar para seguir reforzando este proyecto. "El plan está funcionando correctamente y su resultado más destacable es que desde hace cuatro años, no se ha producido ninguna muerte más de esta especie por esta causa, pero tenemos que seguir trabajando y estar coordinados para evitar que puedan darse más casos", detalló Inmaculada Oria. Así, ayer se reunió una comisión de trabajo integrada por técnicos de las Sierras de Castril y de La Cabrilla y El Pozo de Jaén, por ser estas las zonas de campeo de los ejemplares reintroducidos de quebrantahuesos.
En la reunión se puso de manifiesto el buen resultado del plan, aprobado en 2011 y se planificaron nuevas líneas de trabajo para seguir combatiendo esta práctica, principal amenaza para la biodiversidad. Para recordar las últimas cuatro muertes de quebrantahuesos por envenenamiento en la Sierra de Castril hay que remontarse al año 2008. Antes, desde mayo de 2006 hasta la fecha se han liberado en el territorio andaluz un total de 31 ejemplares de quebrantahuesos en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla en Jaén, Segura y Las Villas y en el Parque Natural de la Sierra de Castril. Aunque algunos ejemplares hacen grandes desplazamientos, el territorio más utilizado coincide con el entorno de la zona de suelta en estas sierras andaluzas.
El Plan de Erradicación de Venenos consta de ocho líneas de actuación principales que suponen un total de 32 medidas, para cada una de las cuales se ha identificado a los actores responsables de su ejecución y su coordinación, así como los indicadores de cumplimiento del plan. Su principal característica es que por primera vez se ejecutan una amplia serie de medidas por numerosos agentes sociales, (técnicos, Agentes de Medio Ambiente, Guardia Civil -Seprona-), todos perfectamente coordinados y con amplio y reconocido respaldo social, contando como novedad, con el uso de tecnología avanzada en investigación policial, como la recogida y análisis de ADN, en la labor de identificación de los autores materiales de los envenenamientos a estas especies.
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