El Puente del Guadalfeo abrirá una ruta alternativa hacia Almuñécar

El viaducto que se aprecia desde la A-44 al llegar a la Costa desde Granada, el tramo más adelantado de la Autovía del Mediterráneo, funcionará en el primer trimestre de 2011

Imagen inédita tomada desde lo alto del viaducto del Guadalfeo. Faltaría otra capa de asfalto y las pruebas de carga.
Imagen inédita tomada desde lo alto del viaducto del Guadalfeo. Faltaría otra capa de asfalto y las pruebas de carga.

En la controvertida construcción de la A-7, el tramo más adelantado es el que se ve desde la autovía que une la Costa con Granada: El Lobres-Guadalfeo. Su fecha estimada de finalización, según el PSOE, es el primer trimestre de 2011, y para él se ha previsto una cantidad de 1,6 millones euros de los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene.

Además del viaducto del Guadalfeo de 400 metros cuyo arco ornamental acapara la atención de los conductores, este tramo de la autovía tiene una longitud de otros 2 kilómetros que bordean Lobres hasta llegar a la altura del cementerio de la localidad. El trazado fue adjudicado el 21 de diciembre de 2005 a la empresa FCC Construcciones SA por un presupuesto inicial de 19.755.707 euros. La misma firma es la encargada también de construir el siguiente tramo hacia Málaga, el Lobres-Taramay, que supone 7,7 kilómetros y cuya adjudicación alcanzó los 84,43 millones de euros. Supone una complicada obra que contará con dos viaductos, un túnel y 9 pasos superiores.

Este tramo que se encuentra a continuación es precisamente el más atrasado de toda la A-7 (se encuentra en torno a un 10% de su ejecución), por lo que se ha criticado que aunque se inaugure a corto plazo, es inútil, ya que no conecta con nada.

Cuando se corte la cinta del Lobres-Guadalfeo aún restará bastante tiempo para unir este punto con Almuñécar. Los conductores que se desplacen a Málaga deberán abandonar esta vía en la salida de Salobreña-Motril, como hacen hasta ahora, para continuar su viaje por la N-340 hasta Taramay, donde volverán a la A-7 para proseguir su ruta.

Aunque el Ministerio de Fomento no ha confirmado a este periódico que cuando se inaugure el tramo Lobres-Guadalfeo se haga con una prolongación, los hechos apuntan a que esos 2,4 kilómetros se alargarán 200 metros más -sin dificultades orográficas que lo impidan- que son tan sólo los que se necesitan para hacer ese tramo útil. Así, parece que se está trabajando desde hace dos meses y medio en la zona de La Taiba en una solución que permitirá a los conductores utilizar esta carretera sin tener que esperar a la conclusión del tramo Lobres- Taramay,

El punto en el que estaba previsto inicialmente la conclusión del tramo se alargaría así y permitiría el acceso a la GR 5300, la carretera que conecta Ítrabo y Molvízar en su kilómetro 13, localidades que a su vez están muy bien comunicadas con la zona de Jete, Otívar y Lentegí y, por tanto, con el acceso norte de Almuñécar. Ésta puede ser una solución, aunque haya que dar algunas vueltas, para los interminables atascos del verano y bastante razonable para los vecinos de Torrecuevas o Peña Escrita.

Este planteamiento se contempla en la adjudicación del Lobres-Taramay en el que se ya se proyectaba el enlace de Molvízar. "Presenta tipología de diamante con glorieta central y conectará la autovía con el camino provincial GR-SO-22 que da acceso a las poblaciones de Lobres, Molvízar e Itrabo, mediante paso inferior", consta en el escrito.

Pero como nunca llueve a gusto de todos, algunos vecinos miran con escepticismo esta solución y piensan que esto puede hacer que esta carretera que hasta ahora es utilizada sólo por los que viven por allí se convierta en una ratonera, con el paso de vehículos desorientados, para lo cual haría falta una buena señalización y evitar que los coches que no conozcan la zona salgan a la N-323.

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