Reyes Magos, mantecados y las doces uvas en la Nochevieja de Bérchules, en la Alpujarra de Granada
Fiestas populares
La tradición tiene su origen en el apagón del 31 de diciembre de 1994, que impidió celebrar el fin de año a los vecinos de la localidad
Los sanitarios de la comarca han sido los pregoneros
Es agosto pero en Bérchules, un pueblo de menos de mil vecinos de la Alpujarra de Granada, este sábado ha habido cabalgata de Reyes y reparto de mantecados, el calor ha contrastado con la nieve artificial y, a medianoche, miles de personas han deseado con doce uvas un feliz año nuevo.
El apagón que el 31 de diciembre de 1994 dejó a los poco más de 700 vecinos de este pueblo alpujarreño sin luz y sin comerse las tradicionales uvas de la suerte para despedir el año, pero ese mismo apagón iluminó una apuesta turística ya consolidada.
La Nochevieja de Bérchules vuelve después de un año en blanco por la pandemia y un 2021 adaptado a esa nueva normalidad poscovid que ofreció cabalgata pero mandó a todo el mundo a casa a comerse las uvas.
Este pueblo ha reeditado este sábado y con el calor de miles de personas su Nochevieja de agosto, un planazo para brindar por un 2022 y medio que es además todo un campanazo turístico para la comarca.
El portavoz de la Asociación Berchulera de Nochevieja en Agosto (Abnea), Antonio Castillo, explicó que la vuelta de esta tradición ha tenido como pregoneros a los sanitarios de la comarca, que han recibido una inyección de respeto, apoyo y agradecimiento.
La Junta de Andalucía declaró en 2020 esta tradición como fiesta de interés turístico, una excusa más para recuperar las cifras previas a la pandemia, años en los que hasta 10.000 personas buscaron su suerte comiendo las uvas en agosto.
Y así, en esa reconquista de la normalidad, Bérchules ha vuelto a combinar desde la medianoche chanclas y corbata, lentejuelas y pantalón corto, para bailotear los últimos éxitos y combinarlos con algún que otro pasodoble, el comodín de "Paquito el Chocolatero" o un "Feliz Navidad" más añorado que nunca.
La nieve artificial, los adornos del concurso de belenes, el confeti y una buena dosis de espumillón han decorado una plaza reconvertida en cotillón, una noche a más de 1.300 metros sobre el nivel del mar para refrescar la ola de calor.
Abnea ha estrenado tienda desde la que vender su paquete promocional con el que despedir el año y medio con esa medio etiqueta de las ocasiones especiales pero veraniegas.
Este año también se ha estrenado una zambombá flamenca, una opción que se ha sumado al pop-rock con el que Los Lagartos marcaron el ritmo de la noche del viernes y los mejores temazos que suenan este domingo hasta el amanecer.
Un año más, Bérchules ha contado con un operativo especial formado por voluntarios de Protección Civil y Guardia Civil, sanitarios y seguridad privada, para garantizar que a nadie se le atragante una Nochevieja diseñada para pasarlo bien.
Y así, aquel apagón que congeló a los vecinos de Bérchules y les robó su Nochevieja de 1994, les ha regalado un agosto más el mejor campanazo turístico.
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