Sierra Nevada 2021 ¿El sendero de las altas cumbres se convertirá en carretera?
Medio ambiente
Tras 25 años sin coches desde la Carihuela del Veleta al Alto del Chorrillo, hace unos días la Dirección del Parque Nacional y la Comandancia de la Guardia Civil de Granada, han presentado informes solicitando el paso de vehículos de rescate, transformando el actual sendero en una pista.
A finales del verano de 1966, se pudo por primera vez hacer el recorrido en coche de Granada a la Alpujarra, pasando por el Veleta. Carecía de sentido como vía de comunicación, y permanecía cortado la mayor parte del año. La pista de la Carihuela al Alto del Chorrillo fue uno de los mayores desastres de Sierra Nevada. Con ella la montaña no solo perdió integridad física, además le tocó sobre todo el corazón. El gran espacio sin construcciones ni carreteras, la zona limpia del plano, empezó a llenarse de líneas. Y dejó de ser ese terreno diferente y valioso, lejos de lo seguro, de lo habitado, de lo domesticado. Montaña sin riesgo, sin compromiso. Se convirtió en un paisaje alto fácil de conseguir, donde el sentimiento de montaña se desvirtuaba. Las cumbres se empequeñecieron aún manteniendo su talla. Seguían a mas de tres mil metros, pero el que se medía con ellas no se ponía a la altura de sus pies. “Dominaban” un tres mil en un ratillo.
Las cimas de Sierra Nevada estuvieron entregadas a los coches. Y no fue fácil sacarlos. Todo un pulso. Las iniciativas de la Federación Andaluza de Montañismo (FAM) y de los Grupos Ecologistas, fueron claves. Por fortuna el Parque Natural y luego el Parque Nacional de Sierra Nevada apostaron fuerte y valientemente por la montaña salvaje. La “carretera más alta” quedó cerrada en 1996, tras una temporada de nieve excepcional, que cerró los pasos hasta avanzado el verano. Y poco a poco, fue convirtiéndose en un sendero. También el ramal que subía hasta la cima del Mulhacén. Cuando se cerró la pista, lo fue sobre todo por motivos de conservación, y en restaurarla y revegetarla, se invirtió dinero público. Sierra Nevada ha sido un ejemplo de recuperación de la montaña.
Sin embargo, tras 25 años sin coches desde la Carihuela del Veleta al Alto del Chorrillo, hace unos días, la Dirección del Parque Nacional y la Comandancia de la Guardia Civil de Granada, han presentado informes solicitando el paso de vehículos de rescate, transformando el actual sendero en una pista. Los datos reflejan muy baja siniestralidad, y nula letalidad, en periodo estival. En los años 2019 y 2020, hubo mas de 60.274 visitantes y solo 4 accidentes. La mayoría del sendero queda cubierta de nieve muchos meses del año.
Las laderas del viejo trazado han desaparecido. Haría falta maquinaria pesada para abrirla, y los procesos naturales de erosión requerirían un mantenimiento cada temporada. No es eliminar unos simples bloques de piedra. La mayoría de los taludes hoy son ya prolongación de los canchales y roquedos de alta montaña circundantes. Constituyen hábitats de interés por la normativa de la Unión Europea, y albergan numerosas especies protegidas. No se puede acometer una nueva infraestructura en un Parque Nacional que contraviene la normativa autonómica, nacional y europea, que devalúa estas montañas. Al igual que en la loma de la Alcazaba, la cañada de Siete Lagunas, los prados de Vacares, la vereda de la Estrella, y en tantas y tantas zonas maravillosas y alejadas, en el sendero de la Carihuela al alto del Chorrillo, un rescate no es posible por carretera. Es inevitable que ocurran algunos accidentes. Pero disponemos de otros recursos. Apostamos, tal como se acordó en el último Consejo de Participación, por abrir un periodo de reflexión, cautela y ponderación para encontrar una solución que no altere las entrañas del núcleo central de Sierra Nevada.
No tenemos mas remedio que luchar con todas nuestras fuerzas, para que nunca se vuelva a tener una pista en las altas cumbres, con ninguna excusa. Cuanto mas se borra la pista, más fuerte late el corazón de la sierra.
“Cada vez que recuperamos un espacio así, cada vez que restauramos un pedazo de naturaleza, que quitamos un artificio donde sobre, estamos contribuyendo no sólo a reparar un daño al mundo, sino también a rehacer un escenario de libertad, a hacer un planeta espiritualmente mas habitable.” (E. Martínez de Pisón, 1999).
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