El 'boom' del pistacho en Granada: así es el cultivo de este fruto, que se extiende por toda la provincia
Agricultura
Las condiciones climatológicas y su alta demanda en el extranjero hace que sea un atractivo para agricultores y cooperativas de la zona
La plantación de su árbol va aparejada a la creación de una industria de procesamiento del fruto a su alrededor, algo que de momento no se ha implantado
Granada/Con el paso de los años, el cultivo del pistacho en la provincia de Granada continúa extendiéndose a velocidades de vértigo. Las plantaciones de este fruto seco no hacen más que crecer, debido a su bajo coste de mantenimiento, su resistencia a las condiciones climatológicas y al gran rendimiento tanto en cosechas como a la hora de su venta. El 'boom' del pistacho de Granada no ha hecho más que comenzar.
Los datos hablan por sí solos: Granada es la provincia de Andalucía que mayor cantidad de terreno agrícola tiene dedicada al cultivo del pistacho. El 50% de la superficie de cultivo andaluza total dedicada a este fruto seco, 3.000 hectáreas con capacidad para la siembra, se encuentran aquí. Además, es importante destacar que el 10% de este terreno está dedicado a la recogida del pistacho ecológico.
Una gran parte de los municipios de la provincia nazarí están abriendo sus campos a la recogida del pistacho. Entre estas zonas destaca, sobre todo, las comarcas del norte de Granada, pero ya se empiezan a extender también por los Montes Orientales e incluso por la Vega. Los agricultores que confirman que el pistacho es un complemento perfecto para otros cultivos más tradicionales de esta zona como el olivar o el almendro, con los que comparte los mismos medios de producción que ya se usan para estos.
El agricultor, vicepresidente de Asaja Granada y presidente de la Cooperativa 'Templeoliva', Rafael Martínez-Cañavate, es uno de los principales expertos de la provincia en este tipo de cultivo. En la actualidad posee unas 30 hectáreas de árbol de pistachos propias y lucha porque, a la par que se cultivan estos frutos, se cree una industria pujante en torno a él. "Vamos poquito a poco, pero existe un incremento de plantaciones en distintas zonas de la provincia, ya que las circunstancias de sequía han favorecido a que muchas hectáreas se hayan ido transformando a plantaciones leñosas".
El pistacho, una vez han pasado los primeros años y está en su plena producción, es de los cultivos más rentables actualmente. Al contrario que con el almendro, cuya producción puede sufrir debido a heladas tardías y cuyos precios son más volátiles según la campaña, el pistacho es más rentable y más fácil de vender. "En las mismas condiciones puede ser 2-3 veces más rentable que el olivo, y mucho más que el almendro. Por ejemplo, este año en febrero nos las prometíamos felices con las lluvias caídas para la campaña de la almendra, pero las heladas de finales de marzo se ha llevado por delante toda la cosecha, sobre todo en la comarca Norte", ha asegurado.
Sin embargo, el árbol del que se obtiene el pistacho puede soportar una amplia variedad de temperaturas, una amplitud térmica que va desde los -10 grados hasta los +40. Una situación climatológica que en la provincia de Granada se vive desde la zona del Suspiro del Moro hasta el último municipio de la comarca Norte. Eso si, estos cultivos no son capaces de desarrollarse en suelos húmedos, puesto que sus raíces podrían pudrirse fácilmente.
Con todos estos factores sobre la mesa, es normal que el pistacho sea uno de los cultivos más pujantes de la provincia, y que cada vez más se extienda su plantación, pues en la zona de Granada y Andalucía Oriental se cumplen los requisitos fundamentales, y además se pueden compaginar con otros cultivos más tradicionales y de arraigo cultural sin que suponga un elevado coste para el agricultor.
"Es un cultivo un poco más complejo que el olivar, sobre todo en la poda, porque por sus características tienes que ir formándolo sobre todo al principio de haberlo plantado. Luego es más afable, menos exigente que el almendro. Tiene un hándicap, y es que tarda más tiempo en entrar en producción que otros, pero aun así es un cultivo potente", ha asegurado el vicepresidente de Asaja Granada, quien también forma parte de la unión de cooperativas agroalimentarias Dcoop y es responsable de la cooperativa de almendras 'Comarca de Guadix'.
Alta rentabilidad y bajo coste en su plantación
Siendo la gastronomía uno de los puntos fuertes de España, tanto en calidad como en exportación a otros países, los productos agroalimentarios son la joya de la corona. Los alimentos de huerta gozan de una gran popularidad tanto a nivel nacional como mundial, algo que no es ajeno al pistacho de Granada, un producto que celebró su día internacional el pasado 26 de febrero.
Los consumidores europeos, principalmente alemanes, italianos e ingleses, dirigen su mirada hacia Granada como principal proveedor fiable de este tipo de producto. Existen otros muchos puntos de exportación en nuestro país, como puede ser Castilla La-Mancha, pero la comunidad andaluza es la que más calidad puede ofrecer. Los precios orientativos de la campaña del pasado año en los pistachos tipo 'Kerman' con calibres 18-20 convencional rondan los 7-8 euros por kilo, llegando a subir hasta el doble en su modalidad ecológica.
"Se habla de unos 7-8 euros de pago por kilo con relación al calibre, pero cada fruto tiene distinto precio en función de si son abiertos o cerrados, y por supuesto a más calibre, más caros. Pero los precios varían. También hay que diferenciar a si se vende con cáscara o sin ella, situándose el kilo de grano también sobre los 12 euros", ha valorado Martínez-Cañavate.
En cuanto a sus beneficios para nuestra salud, es importante destacar que el pistacho es el mejor fruto seco para prevenir la diabetes. Además, ayuda a controlar el peso, por lo que se usa como complemento en dietas. También es un 'semi-afrodisiaco', ya que mejora la vida sexual, la función orgásmica y el deseo sexual, además de reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, mejoran y regulan el tránsito intestinal y mantienen los dientes fuertes.
Industria alrededor del pistacho
Pero no todo es hablar de dinero y beneficios, porque este fruto necesita procesamiento una vez ha sido recogido del árbol. El pistacho requiere un tratamiento post-cosecha inmediato, en las siguientes 24-48 horas, y es necesario que el agricultor lo lleve a una empresa que lo pele, lo seque y empiece su procesado. Al pistacho que se recoge del árbol hay que limpiarlo, quitarle una cáscara blanda que está por encima de la dura que todos conocemos, y secarlo correctamente, ya que es un producto sensible a la generación de hongos que pueden ser mortales para el ser humano.
Todo este proceso ha de poder realizarse, y en Granada, de momento, esta industria no se está instalando. "A nivel nacional hay muchísimas hectáreas de pistachos, en torno a 70.000 solo entre Andalucía y Castilla La Mancha, pero la gran mayoría de ellas no producen aún, por lo tanto, cuando arranquen a producir no va a haber industria que sea capaz de absorber esa cantidad de producto. Y en Granada puede darse la situación de que, poniendo un símil, pretendamos que todo el olivar lo tuviera que procesar una sola fábrica. Eso no es sostenible", ha argumentado Martínez-Cañavate.
Pese a la no existencia de esa industria, sobre todo en las zonas de la Vega y de los Montes Orientales, los agricultores están comenzando a trabajar para que, cuando llegue el momento, el producto puedas ser tratado. Es por ello que Dcoop ya ha comenzado una iniciativa para instalar un punto de recogida en la localidad de Santa Fe, e intentar centralizar la industria del pistacho en esta localidad del Área Metropolitana.
El pistacho ha llegado para convertirse en un claro "elemento dinamizador de la agricultura provincial" en Granada, ya que la provincia es uno de los escasos territorios europeos aptos para este tipo de cultivo debido a sus condiciones agroclimáticas. Es por ello que es importante cimentar de manera sólida esta producción, que sigue dando pasos hacia adelante, asesorándose con personal técnico cualificado y con experiencia, procesando los frutos en empresas con controles sanitarios rigurosos, y sobre todo uniéndose entre los agricultores para poder defender la producción.
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