Vinculan la falta de atraques con el aumento de la contaminación en el fondo del mar

Plásticos y gomas. Vidrio, cerámica y construcción. Metal. Es la singular ‘pesca’ realizada en cuatro puntos del litoral granadinos, cuatro fondeaderos ilegales, que han servido como muestras para determinar la influencia que este tipo de amarres de embarcaciones tienen en su entorno inmediato. En concreto, en el fondo del mar.

El análisis de los residuos y su vinculación con la actividad en los fondeaderos ilegales forma parte del proyecto Fondeo, promovido por la Asociación Proyecto Ecopuertos y Ecoembes. Los datos están referidos al pasado año y determinan que “cuantas más embarcaciones hay en el fondeadero, mayor cantidad de residuos hay”. Así de tajante.

El informe final con las conclusiones del informe del proyecto Fondeo –redactado por la Sección Científica Universitaria de Buceo de Apoyo Logístico a la Investigación, Formación y Especialización (Scuba Life)– asume que en el origen de la presencia de residuos en el fondo del mar está la “falta de atraques en el mar de Alborán”.

Se indica que “el desaforado crecimiento urbanístico” no ha ido parejo al de creación de puertos deportivos. Así se crea el déficit de atraques que, de rebote, “provoca el florecimiento de áreas de fondeo presentes sólo en temporada”. Estos puntos se conocen como fondeaderos, donde “las embarcaciones de recreo son dejadas en la mar durante unos meses a cierta distancia de la Costa”. Esta presencia supone “un importante impacto ambiental en los fondos marinos”, ya que se dejan caer residuos. También quedan atrás restos de cables y cabos, “elementos de retención y acumulación de gran cantidad de residuos”, indican en sus conclusiones los investigadores del proyecto.

El proyecto Fondeo analiza los “efectos perniciosos de la acumulación descontrolada de zonas de fondeo libre en ciertos puntos de la costa del mar de Alborán, provocada por la falta de atraques”, indica. Se han caracterizado los restos hallados en esos puntos concretos y se han ligado estos hallazgos con la “falta de atraques adecuados en instalaciones portuarias”.

Además de analizar lo que ocurre en la Costa granadina, el Fondeo es la continuación de proyectos anteriores de Ecopuertos “para la creación de una metabase de datos paramétrica que documente y clasifique las basuras marinas”. Así, el estudio se ampliará buscando la relación entre los núcleos de población, la densidad de los fondeos –número de embarcaciones– y la aparición de los restos.

Para llegar a estas conclusiones se han localizado cuatro zonas de fondeo en la Costa. Se trata de la playa del Berenguel, Cotobro, Velilla y Calahonda. En cuanto a la justificación, se señala que la playa del Berenguel se ha elegido por su cercanía a Marina del Este, con una “alta actividad” y ser una “zona propensa a la acumulación de los residuos por su orografía. La media de barcos fondeados es de siete. En cuanto a Cotobro, cuenta con una media de 10 barcos, aunque en invierno puede estar vacío y en verano puede llegar a los 30.

En Velilla se llegan a picos puntuales de hasta 60 embarcaciones en agosto, “de náutica de recreo, exclusivamente”. Por último, en Calahonda, la media e embarcaciones es de 21, aunque en verano puede llegar al medio centenar.

Se indica además que ninguno de estos puntos –las únicas zonas autorizadas para fondeo por la Capitanía Marítima de Motril–tiene “afectación de deposición de residuos ligada a cauces, ramblas u orografía”. Esto es, que la basura hallada ha tenido que llegar, por fuerza, con la actividad humana.

Tras localizar estos puntos y realizar ocho inmersiones, se localizaron 124 residuos. Calahonda fue la ubicación donde más hallazgos hubo (70), justo donde había más embarcaciones en el momento de la inspección (21). Por tipo de residuo, destacó la presencia de plásticos, goma, vidrio, cerámica, restos de construcción y metal.