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Por tierra y aire. Los vecinos de la provincia de Granada siguen de cerca, con el corazón en el puño, el minucioso trabajo del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de Andalucía en los cuatro fuegos declarados en menos de 24 horas en la Costa Tropical (Almuñécar), el Valle de Lecrín (Padul), el Poniente (Fornes) y el área metropolitana (Maracena), pero también el de los múltiples efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos que se han movilizado para contener desde tierra los diferentes flancos, o de los propios vecinos que han ayudado en todo lo que estaba en sus manos para facilitar el trabajo del amplio despliegue.
En el caso de Almuñécar, las horas pasaban más lento de lo normal en el paraje de Peña Escrita, mientras los medios desplegados se afanaban por ganarle la batalla al viento. Tras una intensa jornada que se ha visto peligrar por momentos por las fuertes rachas de viento y apurar hasta el último momento a los medios aéreos, diez grupos de bomberos forestales continuarán, por segunda noche consecutiva, para evitar que el viento vuelva a reavivar las llamas, aunque han sido más de un centenar los que han estado desplegados durante el día. De hecho, a última hora de la tarde, más de una decena de vecinos han podido volver a sus viviendas después de haber sido desalojados de forma preventiva y a las 23:15 horas ha quedado estabilizado.
Un incendio que evoluciona favorablemente y que a última hora de la noche ha sido estabilizado tras afectar, según las primeras estimaciones del Infoca, a cerca de 600 hectáreas, en su mayoría forestales -unas 440 hectáreas- y 150 de uso agrícola o de otro tipo. Un extenso dispositivo de medios aéreos y terrestres trabajan sin descanso en la zona para evitar que las llamas se propaguen, debido principalmente a la difícil orografía del paraje.
Durante la primera jornada, los trabajos se han centrado en evitar que el fuego no alcanzase por su flanco oeste terrenos protegidos del Parque Natural de las Sierras de Almijara, Tejeda y Alhama, ya pasado el límite con Nerja, y así evitar que llegase a una zona forestal amplia en el límite de las provincias de Granada y Málaga, la cual conecta a su vez con el área protegida.
El ir y venir de medios aéreos con grandes cantidades de agua y de retardante de color rojo han sido la tónica del día. "Ha sido una noche complicada", explica el alcalde de Almuñécar, Juan José Ruiz Joya, quien señala que a última hora de la tarde el centro coordinador de Emergencias del 112 Andalucía recibió el aviso de un particular que alertaba del inicio del fuego cerca de la zona conocida como la Bóveda, que en poco tiempo se trasladó hacia la zona de Río Seco y que "por culpa del cambio de aire constante", tanto de la noche como de la mañana, "ha sido muy difícil poder atajarlo".
Ruiz Joya cuenta que se trata de una zona de montaña muy escarpada, donde los propios efectivos no pueden acceder a muchos de sus enclaves, por lo que se ha trabajado desde zonas limítrofes. "La hora en la que se produjo tampoco ayudó. Se inició a última hora de la tarde, por lo que los medios aéreos pudieron hacer poco en sus primeras horas. Realmente hemos vivido momentos muy complicados, hemos temido por muchas viviendas, por los vecinos y por el trabajo de muchas familias con sus tropicales, pero con la llegada de las primeras luces del día y con ellas la de los medios aéreos, vemos como todo ha ido mejorando".
El responsable municipal agradece el "encomiable" trabajo de los bomberos de Almuñécar, que fueron los primeros en llegar a la zona afectada para intentar por todos los medios contener las llamas, así como a los bomberos de Motril, Guadix, Granada y Cádiar, Protección Civil, Policía Local, entre otros muchos "que han estado trabajando sin parar para poder controlar un fuego realmente complicado".
Por su parte, el director del Centro Operativo Provincial (COP), Antonio Sánchez Anguita, explica que, aunque habrá que esperar a que todo termine para valorar la extensión de terreno afectada, se calcula una longitud de entre unos cinco y unos seis kilómetros, aunque con "muchas islas que no han ardido", o fincas agrícolas internas que no se han llegado a quemar.
El delegado del Gobierno andaluz en Granada, Antonio Granados, incide en que las fases más complicadas de los trabajos se vivían en la noche del martes, con vientos de entre 60 y 80 kilómetros por hora, con incluso "momentos de preocupación y de peligro" para los bomberos que han trabajado sobre el terreno. Sobre las 3:25 horas la Junta de Andalucía activaba el nivel de preemergencias.
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