Un ejército de costureras en Alhama de Granada para llevar trajes EPIs a los hospitales

Crisis del Covid-19

En el taller de moda flamenca Rosa Peula se cortan las piezas que luego se envían a las costureras a través de Protección Civil y las monjas clarisas más tarde se encargan de desinfectar una vez confeccionados

Rosa Peula en el taller
Rosa Peula en el taller / G. H.
R. G. · Efe

01 de abril 2020 - 20:07

El elemento solidario está funcionando en muchos lugares ante la terrible lucha contra el Covid-19. Uno de los epicentros de las iniciativas más interesantes surgidas en los últimos días en la provincia de Granada es la de la asociación Marchando por Alhama, que ha puesto en marcha una campaña de confección de trajes EPIs ante la falta de estos materiales de protección que están sufriendo los que están en primera línea de batalla frente al coronavirus, como el personal sanitario y los cuidadores de mayores.

Esta iniciativa surgida en Alhama de Granada ha conseguido reunir a más de cincuenta costureras, todo un ejército solidario, que desinteresadamente y desde sus casas trabajan para fabricar patucos, batas y gorros para la protección y seguridad del personal sanitario.

El material plástico de alta protección y resistencia que se está utilizando en la confección de estos equipos está siendo suministrado de forma gratuita por la empresa Boniplast, afincada en Escúzar. En Alhama, desde el taller de moda flamenca Rosa Peula se cortan las piezas que luego se envían a las costureras a través de Protección Civil.

A esta iniciativa se suma cada día más gente. No sólo de Alhama de Granada, sino de Huetor Tájar, Guadix y otros sitios de la provincia, lo que demuestra que la solidaridad no tiene límites. Para la captación de más voluntarias se ha realizado un vídeo que se está moviendo por redes.

Aquellos centros hospitalarios y de mayores que necesiten de estos equipos de protección tan escasos y tan necesarios durante estos días, se pueden poner en contacto con el vicepresidente de la Asociación Marchando por Alhama.

"Sabíamos que en Alhama hay mucha gente con habilidades y queríamos canalizar ese potencial, hasta que vimos a un vecino de Huétor que nos enseñó un patrón para hacer patucos y casandras de protección para los sanitarios y arrancó el proyecto", apunta el portavoz de la asociación, Juan Luis Flores.

Comenzaron con ese modelo y unas veinte costureras y, en menos de una semana, el proyecto supera el medio centenar de voluntarias armadas con sus máquinas para confeccionar EPI de máxima calidad.

"Y con el plástico garantizado y la máquina industrial tenemos capacidad para cortar unos mil EPI al día", señala Flores, que ha insistido en que el proyecto cuida la seguridad de los voluntarios y la utilidad de sus trabajos.

En esa seguridad entran en juego la tecnología y los grupos de WhatsApp, ya que cada costurera va contando sus ritmos de producción, y los voluntarios de Protección Civil que se encargan de llevarles paquetes ya cortados y preparados para coser.

"A algunas se los lanzan al balcón, a otras se los dejan en la puerta, para evitar siempre lo máximo posible el contacto", ha añadido el portavoz de la iniciativa.

En un penúltimo eslabón de la cadena aparecen las monjas clarisas del municipio, las encargadas de desinfectar los equipos y prepararlos para su distribución, ya que cuentan con más espacio y material adecuado para limpiar los equipos de protección.

"Nos pusimos en contacto con el centro de salud y ellos se han encargado de organizar un primer reparto para las residencias de Alhama, las trabajadoras de ayuda a domicilio y el personal sanitario y ya algunos de los trajes se han ido a otros municipios".

Como este grupo, ya se han creado otros en Guadix y Lanjarón que reciben en Alhama el patrón ya cortado y listo para que otras voluntarias costureras rematen una faena pensada para proteger a los sanitarios y arreglar el problema, "el bendito problema", de producir más patrones de los que hasta ahora podían coser.

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